Unidad 19: Día 1
Doctrina y Convenios 88:1–40
Introducción
El presidente Joseph Fielding Smith afirmó que Doctrina y Convenios 88 “es una de las revelaciones más importantes que se haya dado jamás a la Iglesia, y se podría dedicar provechosamente varias semanas para analizarla” (Church History and Modern Revelation, 2 tomos, 1953, tomo I, pág. 366). Esta es la primera de tres lecciones en las que se explorará Doctrina y Convenios 88. El profeta José Smith recibió esta revelación en el transcurso de tres días o fechas: el 27 y 28 de diciembre de 1832, y el 3 de enero de 1833. En esta lección se tratará la parte de la revelación que contiene las enseñanzas del Señor sobre la luz de Cristo y Su explicación de las leyes que gobiernan Sus reinos y a sus habitantes.
Doctrina y Convenios 88:1–13
El Señor declara que Él es la luz que está en todas las cosas
¿Alguna vez oraste para conocer la voluntad del Señor con respecto a las decisiones que estabas tomando en tu vida? El profeta José Smith recibió la revelación en Doctrina y Convenios 88 luego que los sumos sacerdotes en una conferencia habían orado por separado y vocalmente para conocer la voluntad del Señor. Lee Doctrina y Convenios 88:1–2 y busca lo que el Señor dijo sobre cómo se sienten Él y los ángeles cuando Sus siervos procuran conocer Su voluntad.
En Doctrina y Convenios 88:3–5, el Señor enseñó a esos hermanos que ellos podían recibir la seguridad de la vida eterna mediante el Espíritu Santo, que también es llamado el Consolador y el Santo Espíritu de la promesa.
El Señor también enseñó acerca del significado de la luz. ¿Has estado alguna vez en oscuridad total? ¿De qué forma la experiencia de haber estado totalmente a oscuras te ayuda a apreciar la bendición de la luz? ¿Qué representa la luz en el evangelio de Jesucristo?
Lee Doctrina y Convenios 88:6–13 y busca lo que el Señor enseñó acerca de la fuente de toda luz.
En el versículo 7, ¿cuál es el término que se emplea para referirse a la verdad que “brilla”?
De acuerdo con el versículo 12, ¿de dónde proviene toda luz?
Estos versículos enseñan que por medio de la luz de Cristo, Dios da luz y vida a todas las cosas. Si lo deseas, anota esta doctrina en el margen de tu ejemplar de las Escrituras. La luz de Cristo es también la ley que gobierna el universo y sus habitantes y que “vivifica” nuestro entendimiento. Vivificar significa dar vida. Podrías escribir esta definición en tu ejemplar de las Escrituras.
“La Luz de Cristo… es una influencia para bien en la vida de todas las personas (véase Juan 1:9; D. y C. 93:2). En las Escrituras, la Luz de Cristo a veces se conoce como el Espíritu del Señor, el Espíritu de Dios, el Espíritu de Cristo o la Luz de la Vida.
“La Luz de Cristo no debe confundirse con el Espíritu Santo. No es un personaje, como lo es el Espíritu Santo. Su influencia guía a las personas hacia el verdadero Evangelio, el bautismo y la recepción del don del Espíritu Santo (véanse Juan 12:46; Alma 26:14–15).
“La conciencia es una manifestación de la Luz de Cristo y nos permite juzgar entre el bien y el mal. El profeta Mormón enseñó: ‘A todo hombre se da el Espíritu de Cristo para que sepa discernir el bien del mal; por tanto, os muestro la manera de juzgar; porque toda cosa que invita a hacer lo bueno, y persuade a creer en Cristo, es enviada por el poder y el don de Cristo, por lo que sabréis, con un conocimiento perfecto, que es de Dios… Ahora bien, mis hermanos, en vista de que conocéis la luz por la cual podéis juzgar, la cual es la luz de Cristo, cuidaos de juzgar equivocadamente; porque con el mismo juicio con que juzguéis, seréis también juzgados’ (Moroni 7:16, 18)” (Leales a la Fe: Una referencia del Evangelio, 2004, pág. 112).
El presidente Boyd K. Packer, del Cuórum de los Doce Apóstoles, dio aclaraciones adicionales sobre la forma en que se diferencian y se relacionan la luz de Cristo y el Espíritu Santo:
“Toda persona en todas partes tiene ya el Espíritu de Cristo, y mientras que el Espíritu Santo puede visitar a cualquiera, el don del Espíritu Santo se obtiene ‘mediante la obediencia a las leyes y ordenanzas del Evangelio’ (Artículos de Fe 1:3), sometiéndose “al bautismo por inmersión para la remisión de los pecados” y a la “imposición de manos para comunicar el don del Espíritu Santo’ (Artículos de Fe 1:4). No está presente automáticamente como lo está el Espíritu de Cristo. El mencionado don debe ser conferido por alguien que posea la autoridad (véase Artículos de Fe 1:5).
“Se nos ha comisionado para hacer eso, para fomentar la Luz de Cristo, que está en toda alma con la que nos encontremos, y llevar a las almas al punto en que el Espíritu Santo pueda visitarlas. Luego, a su debido tiempo, pueden recibir, por medio de la ordenanza, el don del Espíritu Santo, que se confiere a todo miembro de la Iglesia.
“Una vez que la persona haya recibido el don del Espíritu Santo y pueda cultivarlo junto con la luz de Cristo que ya posee, entonces la plenitud del Evangelio se abrirá a su entendimiento. El Espíritu Santo puede incluso obrar mediante la Luz de Cristo.
“La luz de Cristo es tan universal como la luz del sol. Doquiera que haya vida humana, ahí está el Espíritu de Cristo. Toda alma viviente lo posee y es el patrocinador de todo lo que es bueno. Es el inspirador de todo lo que bendiga y beneficie a la humanidad. Es lo que nutre la bondad misma” véase (“La luz de Cristo”, Liahona, abril de 2005, pág. 13).
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A fin de ayudarte a pensar en cómo eres bendecido diariamente por la luz de Cristo, responde dos o más de las siguientes preguntas en tu diario de estudio de las Escrituras:
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En Doctrina y Convenios 88:7–10, aprendemos que toda luz física, tal como la luz solar, forma parte de la luz de Cristo. ¿De qué modo la luz física bendice tu vida?
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Vivifica o vivificado significa traer a la vida o hacerse viva. En Doctrina y Convenios 88:11, aprendemos que la luz de Cristo es un medio por el cual puede vivificarse, o hacerse vivo, nuestro entendimiento de las cosas. ¿Cuándo has sentido que tu aprendizaje o tu entendimiento se vivificaban?
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En Doctrina y Convenios 88:12–13, aprendemos que la luz de Cristo da vida a todas las cosas, entre ellas los animales, las plantas y nosotros mismos. ¿Cómo has sido bendecido por los seres vivos a tu alrededor?
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En Doctrina y Convenios 88:13, aprendemos también que la luz de Cristo es la luz por la que se gobiernan todas las cosas. Esto abarca las leyes físicas, como la gravedad, y las leyes espirituales y los mandamientos. Mediante la luz de Cristo, a veces llamada nuestra conciencia, cada persona puede discernir la diferencia entre el bien y el mal. ¿De qué forma te afectan a diario las leyes físicas y espirituales?
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Responde la siguiente pregunta en tu diario de estudio de las Escrituras: ¿De qué manera las verdades que has aprendido te ayudan a valorar la influencia de Dios en tu vida diaria, tanto las que percibes como las que generalmente pasan desapercibidas? Agrega algunas reflexiones sobre el efecto que esto tendrá en tu diario vivir en los próximos días.
Doctrina y Convenios 88:14–40
El Señor explica que hay leyes asociadas a los reinos de gloria
Cuando te pones un guante, este cobra vida gracias a tu mano. Si estuvieras enseñando a alguien el Plan de Salvación y utilizaras un guante para representar el cuerpo físico que recibimos al nacer, ¿qué representaría tu mano?
Lee Doctrina y Convenios 88:15 y descubre cómo llamó el Señor a la combinación del cuerpo y el espíritu.
Podrías marcar la doctrina: el espíritu y el cuerpo son el alma del hombre.
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Responde las siguientes preguntas en tu diario de estudio de las Escrituras: ¿De qué modo las cosas que afectan a nuestro cuerpo físico afectan igualmente a nuestro espíritu? ¿Qué ejemplos hay de esto?
La siguiente declaración del presidente Ezra Taft Benson ayuda a aclarar la conexión entre nuestro cuerpo físico y nuestro espíritu:
“No hay ninguna duda de que la salud del cuerpo afecta al espíritu; de lo contrario, el Señor jamás hubiera revelado la Palabra de Sabiduría. Dios nunca ha dado ningún mandamiento temporal… lo que afecta a nuestro cuerpo también afecta a nuestro [espíritu]…
“El pecado debilita, y no solo afecta al espíritu sino también al cuerpo. En las Escrituras encontramos un sinfín de ejemplos de la fortaleza y el poder físico relacionados con la rectitud. Por otra parte, el pecado sin arrepentimiento lleva tanto a la enfermedad física como a la mental” (véase “En Sus pasos”, Liahona, febrero de 1989, pág. 6).
Ten en cuenta que en algunos pasajes de las Escrituras la palabra alma se utiliza específicamente en referencia a nuestro cuerpo espiritual (por ejemplo, Alma 40:15–23).
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Responde la pregunta siguiente en tu diario de estudio de las Escrituras: ¿Cómo puede ayudarte a tomar decisiones correctas el que comprendas la conexión entre tu cuerpo y tu espíritu?
Considera algunas doctrinas y principios adicionales que puedan representarse mediante un guante y una mano: Imagina que retiras la mano del guante. ¿Qué podría representar esa acción? ¿Qué ocurre con el alma —el cuerpo y el espíritu— al momento de morir?
¿Qué podría representar el tomar nuevamente el guante y ponérselo otra vez? ¿Qué sucede con el alma en la resurrección?
Lee Doctrina y Convenios 88:14, 16–17 para ver la forma en que el Señor describió la resurrección.
Completa la siguiente declaración doctrinal que se enseña en estos versículos: Jesucristo hizo posible que nuestra alma .
En el versículo 17, luego de leer que Jesucristo ha redimido nuestras almas, aprendemos que quienes son humildes y mansos heredarán la tierra. Lee Doctrina y Convenios 88:18–20 y averigua lo que acontecerá a la tierra antes que se torne celestial y la hereden las almas redimidas.
De acuerdo con el versículo 19, ¿la presencia de quién se hallará sobre la tierra santificada? Medita en lo que contestarías a alguien que te preguntara lo siguiente: ¿Qué debo hacer para hacerme merecedor de vivir en el Reino Celestial y disfrutar de la presencia del Padre Celestial?
Al igual que la tierra recibirá gloria luego que haya sido santificada, nuestros cuerpos también serán cambiados y recibirán gloria en la resurrección. No obstante, no todas las personas heredarán el mismo grado de gloria.
Lee Doctrina y Convenios 88:21–24, y encuentra lo que determina el grado de gloria que recibirá una persona en la Resurrección.
Al estudiar Doctrina y Convenios 88:25–33, busca palabras y frases que sustenten la doctrina que se enseña en los versículos 21–24, que en la resurrección, recibiremos gloria de acuerdo con la ley que obedezcamos.
El versículo 28 se refiere a “aquellos que son de un espíritu celestial”. Se trata de personas que viven de acuerdo con la ley del Reino Celestial. Sabemos por Doctrina y Convenios 76 que la ley del Reino Celestial contempla que se realicen y se guarden convenios del Evangelio (véase D. y C. 76:50–53, 69–70). Una persona que viva la ley celestial en la tierra recibirá un cuerpo celestial en la resurrección. Si una persona en la tierra solo obedece la ley terrestre o telestial, recibirá un cuerpo de menor gloria, acorde con la ley que obedeció.
Para que comprendas mejor por qué las leyes de Dios son una bendición para nosotros, piensa en los beneficios de obedecer las leyes de tránsito. Por otra parte, ¿qué consecuencias se derivan de no obedecer las leyes de tránsito?
Lee Doctrina y Convenios 88:34–35 y busca cuáles son las consecuencias de vivir las leyes de Dios y de negarse a vivirlas.
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Estudia Doctrina y Convenios 88:40 y busca las cualidades o atributos de las personas que obtendrán el Reino Celestial. Luego responde la siguiente pregunta y completa la asignación en tu diario de estudio de las Escrituras:
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¿Qué puedes hacer para adquirir y fortalecer esas cualidades en tu vida?
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Escoge una de las cualidades que encontraste, y escribe una meta personal para adquirir o fortalecer esa cualidad.
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A medida que vayas cumpliendo tus metas y vivas las leyes de Jesucristo, Su luz llenará tu vida.
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Escribe lo siguiente en tu diario de estudio de las Escrituras al final de las asignaciones de hoy:
He estudiado Doctrina y Convenios 88:1–40 y he terminado esta lección el (fecha).
Preguntas adicionales, ideas y reflexiones que me gustaría compartir con mi maestro: