Lección 29
Génesis 23-24
Introducción
Después de la muerte y entierro de Sara, Abraham mandó a un siervo a su antigua tierra para encontrar una esposa para Isaac de entre los familiares de Abraham, que era gente del convenio. El criado obedeció las instrucciones, oró para recibir ayuda del Señor y conoció a Rebeca. Ella escogió regresar con el sirviente y sellarse a Isaac en el convenio del matrimonio eterno (véase D. y C. 132:19–20, 37).
Sugerencias para la enseñanza
Génesis 23:1–24:9
Después de que Sara muere, Abraham pone a su criado bajo juramento de encontrar una esposa apropiada para Isaac
Pida a los alumnos que imaginen a un joven y a una joven que están enamorados y esperan edificar una relación duradera.
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¿Cuáles son algunas decisiones importantes que esta pareja debería tomar si quieren formar una relación perdurable?
Pida a un alumno que lea en voz alta la siguiente declaración del élder Russell M. Nelson, del Quórum de los Doce Apóstoles:
“Una pareja enamorada puede elegir un matrimonio de la más alta calidad o uno de menor calidad que no perdurará; o quizás no elijan ninguno de los dos…
“La mejor elección es el matrimonio celestial” (“El matrimonio celestial”, Liahona, noviembre de 2008, págs. 92, 94).
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¿Por qué el matrimonio celestial en el templo —o el matrimonio eterno— es el mejor tipo de matrimonio? (En los matrimonios eternos, las parejas justas se sellan para siempre por el poder del sacerdocio, y la unidad familiar continúa por la eternidad.)
Pida a la clase que, a medida que estudian Génesis 23–24, busquen principios que les puedan guiar en sus esfuerzos de obtener un día las bendiciones del matrimonio eterno.
Recuerde a los alumnos que Abraham y Sara hicieron un convenio con Dios, y ese convenio les permitió tener un matrimonio eterno. Para resumir Génesis 23, explique que Sara murió y Abraham estuvo de luto e hizo arreglos para que la sepultaran.
Recuerde a los alumnos que el Señor había prometido a Abraham y a Sara que su hijo, Isaac, recibiría las bendiciones del convenio de Abraham y que todas las familias de la tierra serían bendecidas por medio de los descendientes de Isaac (véanse Génesis 17:19, 21; 22:17–18).
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¿Qué debía hacer Isaac para que esas promesas se cumplieran? (Entrar en el convenio del matrimonio eterno.)
Invite a un alumno a leer en voz alta Génesis 24:1–3, y pida que la clase siga la lectura en silencio y determinen con quién no quería Abraham que se casara Isaac.
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¿Con quién no quería Abraham que se casara Isaac?
Explique que, debido a que los cananeos no creían en el Señor, ninguna mujer cananea habría estado preparada para recibir las responsabilidades y bendiciones del convenio de Abraham y del matrimonio eterno. La decisión que enfrentaba Isaac de casarse en el convenio o no es tal y como nuestra decisión hoy en día de si recibiremos la ordenanza del sellamiento en el templo o no.
Pida a un alumno que lea Génesis 24:4 en voz alta, y pida a la clase que siga la lectura en silencio para ver la asignación que Abraham le dio a su criado.
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¿Qué asignación le dio Abraham a su criado?
Destaque que el viaje desde donde estaba Abraham en la tierra de Canaán, a Mesopotamia, donde vivían sus parientes, era una distancia de aproximadamente 1.900 km de ida y vuelta. El viaje requeriría una gran cantidad de tiempo, esfuerzo y provisiones.
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¿Qué nos enseñan las instrucciones de Abraham a su siervo en cuanto a la importancia de obtener las bendiciones del matrimonio eterno? (Después de que los alumnos respondan, escriba el siguiente principio en la pizarra: Merece la pena el esfuerzo y el sacrificio para obtener las bendiciones del matrimonio eterno.)
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¿Qué esfuerzos y sacrificios tendrían que hacer los jóvenes de hoy en día para obtener las bendiciones del matrimonio eterno?
Pida a un alumno que lea en voz alta la siguiente declaración del presidente Gordon B. Hinckley:
“No existe nada que pueda substituir el casarse en el templo; es el único lugar bajo los cielos donde el matrimonio se solemniza por la eternidad. No se defrauden a ustedes mismos, ni defrauden a su compañero o compañera. No se conformen con otra cosa en la vida. Cásense con la persona apropiada en el lugar apropiado y en el tiempo apropiado” (véase “Las obligaciones de la vida”, Liahona, mayo de 1999, pág. 4).
Génesis 24:10–60
El criado de Abraham conoce a Rebeca y a su familia
Invite a un alumno a leer en voz alta Génesis 24:10–14, y diga a la clase que siga la lectura en silencio para averiguar lo que hizo el criado de Abraham para cumplir la promesa que le había hecho a aquél. Pida a los alumnos que den un informe de lo que encuentren.
Invite a un alumno a leer en voz alta Génesis 24:15–20, y pida a la clase que siga la lectura en silencio para ver cómo se contestó la oración del sirviente.
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¿En qué forma se contestó la oración del criado?
Muestre la lámina Rebeca junto al pozo (Las Obras de Arte del Evangelio, 2009, Nº 10; véase también LDS.org). Escriba el siguiente título en la pizarra: Rasgos del carácter de Rebeca. Invite a los alumnos a repasar los versículos 16–20 en silencio y a buscar las palabras y las frases que se refieran a algunos rasgos del carácter de Rebeca. Pida a los alumnos que den un informe de los rasgos de carácter a los que se hace referencia en estos versículos. Enumere las respuestas bajo el encabezado de la pizarra. La lista podría incluir lo siguiente: virtuosa, dispuesta a servir, generosa, buena trabajadora.
Señale que el criado todavía no sabía si esa joven era familiar de Abraham. Resuma Génesis 24:21–25 y explique que el criado preguntó a Rebeca en cuanto a su familia y se enteró que era la nieta del hermano de Abraham, Nacor.
Invite a un alumno a leer en voz alta Génesis 24:26–28, y pida a la clase que averigüen lo que hizo el criado de Abraham y lo que hizo Rebeca después de darse cuenta de la relación común que tenían por medio de Abraham. Pida a los alumnos que den un informe de lo que encuentren.
Para resumir Génesis 24:29–49, explique que se invitó al sirviente de Abraham a comer con la familia de Rebeca. Él contó a la familia que Abraham le había mandado que fuera a buscar una mujer apropiada con quien Isaac se casara de entre los familiares de Abraham, y que el Señor lo había dirigido a Rebeca.
Invite a un alumno a leer en voz alta Génesis 24:50–51, y pida a la clase que siga la lectura en silencio para ver cómo respondieron el hermano de Rebeca, Labán, y su padre, Betuel, al criado de Abraham. Pida a los alumnos que den un informe de lo que aprendan.
Explique que después de esa respuesta, el sirviente de Abraham entregó regalos a la familia, y hubo una celebración. A la mañana siguiente, el criado de Abraham y la familia de Rebeca hablaron en cuanto a la partida de ésta. Invite a los alumnos a leer Génesis 24:54–56 en silencio para saber cuándo quería partir el criado de Abraham, y cuándo quería la familia de Rebeca que partieran. Pida a los alumnos que den un informe de lo que encuentren.
Pida a un alumno que lea Génesis 24:57–60 en voz alta, e invite a la clase a seguir la lectura en silencio para averiguar cómo se resolvió esa diferencia. Pida a los alumnos que den un informe de lo que aprendan.
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¿Por qué piensan que Rebeca se comprometería a dejar a su familia de inmediato para ir y casarse con Isaac, a pesar de que nunca lo había conocido?
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¿Qué cualidades manifestó Rebeca cuando declaró “Sí, iré”? (Agregue las respuestas de los alumnos a la lista de la pizarra. Las respuestas podrían incluir fe en el Señor y valentía.)
Destaque que la frase “sé madre de millares de millares” en el versículo 60 sugiere que Rebeca y su familia entendían que ella iba a tener un papel crucial en ayudar a cumplir la divina promesa de que los descendientes de Abraham serían en número como las estrellas del cielo o la arena de la playa.
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¿Cómo creen que las cualidades justas de Rebeca ayudaron a prepararla para entrar en el convenio del matrimonio eterno?
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¿Qué principio podemos aprender del ejemplo de Rebeca? (Es posible que las respuestas de los alumnos sean muy variadas. A medida que respondan, tal vez desee poner énfasis en el siguiente principio al escribirlo en la pizarra: Si cultivamos cualidades justas ahora, estaremos mejor preparados para el matrimonio eterno.)
A fin de ayudar a los alumnos a comprender cómo se relaciona este principio con ellos, invite a un alumno a leer en voz alta la siguiente declaración del élder David A. Bednar, del Quórum de los Doce Apóstoles:
“Si esperan tener un compañero eterno que tiene ciertas cualidades espirituales, deben esforzarse por desarrollar esas cualidades espirituales en ustedes mismos. Entonces, alguien que tenga esas cualidades se sentirá atraído hacia ustedes” (véase “Entender el plan del Padre Celestial”; lds.org/prophets-and-apostles/unto-all-the-world/understanding-heavenly-fathers-plan).
Génesis 24:61–67
Isaac y Rebeca se sellan en matrimonio eterno
Invite a la clase que imaginen qué sentimientos podría haber tenido Rebeca al viajar la larga distancia para conocer a Isaac, o lo que Isaac pudo haber sentido al esperar el regreso del criado.
Pida a algunos alumnos que se turnen para leer en voz alta Alma 24:61–67, y pida a la clase que siga la lectura en silencio para buscar palabras y frases que sugieran que Isaac y Rebeca estaban felices de conocerse y casarse el uno con el otro. Pida a los alumnos que den un informe de lo que encuentren. (Si lo desea, explique que cuando Rebeca se cubrió con un velo, estaba demostrando modestia y respeto por Isaac.)
Puntualice que, antes de su matrimonio, tanto Isaac como Rebeca habían demostrado su fidelidad al Señor (véase Génesis 22:6–13; 24:57–58). Como resultado, el Señor había proporcionado la manera para que recibieran las bendiciones del matrimonio eterno.
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¿Qué principio podemos aprender del ejemplo de Isaac y de Rebeca al procurar las bendiciones del matrimonio eterno? (Después de que los alumnos respondan, escriba el siguiente principio en la pizarra: Si somos fieles a Dios, él proveerá la manera para que recibamos las bendiciones del matrimonio eterno.)
Para que los alumnos profundicen su comprensión de este principio, pida a un alumno que lea en voz alta la siguiente declaración del presidente Dieter F. Uchtdorf, de la Primera Presidencia:
“Ahora, hay algunos entre ustedes, excelentes jóvenes de la Iglesia, que tal vez nunca se casen. Aun cuando sean dignos en todo sentido, es posible que nunca encuentren a alguien con quien sellarse en el templo del Señor durante esta vida.
“…No puedo decirles por qué las oraciones de una persona se responden de cierta manera mientras que las de otra se contestan de otra. Pero sí puedo decirles esto: los deseos justos de su corazón se cumplirán.
“…el breve período de esta vida no es nada en comparación con la eternidad. Si tan sólo tenemos esperanza, ejercemos la fe, y perseveramos hasta el fin con alegría… allí, en ese futuro celestial se cumplirán los deseos justos de nuestro corazón y muchísimo más de lo que podemos comprender ahora” (“El reflejo en el agua” [Devocional del Sistema Educativo de la Iglesia, 1 de noviembre de 2009]; LDS.org).
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¿En qué forma les ayuda esta declaración a entender el amor del Padre Celestial por Sus hijos que quizás no tengan la oportunidad de recibir las bendiciones del matrimonio eterno en esta vida?
Testifique de la importancia del matrimonio. Invite a los alumnos que anoten una meta que los ayudará a prepararse para el matrimonio eterno. Podría sugerirles que escriban en cuanto a una cualidad justa que procurarán desarrollar en su vida.