Seminario
Lección 115: Eclesiastés y los Cantares de Salomón


Lección 115

Eclesiastés y los Cantares de Salomón

Introducción

El libro de Eclesiastés lo escribió una persona que se llamaba a sí misma “el Predicador” (Eclesiastés 1:1). El Predicador enseñó que las condiciones de nuestra vida mortal son temporales y que Dios llevará todas nuestras obras a juicio. Los Cantares de Salomón es poesía que celebra el amor entre un hombre y una mujer. El manuscrito de la Traducción de José Smith establece que “…el Cantar de los Cantares de Salomón no es un escrito inspirado” (Guía para el Estudio de las Escrituras, “Cantares de Salomón”).

Sugerencias para la enseñanza

Eclesiastés 1–10

El Predicador enseña que las condiciones de nuestra vida mortal son temporales

Antes de la clase, escriba la siguiente frase en la pizarra: El propósito de la vida es…

Pregunte a los alumnos cómo creen que las personas que no tienen una comprensión del Plan de Salvación completarían esa frase.

  • ¿Cómo creen que su actitud acerca de la vida y sus decisiones podría ser diferentes si ustedes no comprendieran el Plan de Salvación?

Invite a los alumnos a buscar, conforme estudien Eclesiastés, verdades que profundicen su comprensión del plan del Padre Celestial y del propósito de su vida en la Tierra.

Explique que la palabra Eclesiastés significa predicador, el cual es un título que se adjudicó el autor del libro. Invite a un alumno a leer Eclesiastés 1:1–3 en voz alta, y pida a la clase que siga la lectura en silencio para averiguar lo que el Predicador enseñó acerca de la vida.

  • ¿Cuáles son algunas de las cosas que el Predicador enseñó sobre la vida? (Todo es vanidad. No hay provecho en trabajar debajo del sol).

Escriba lo siguiente en la pizarra: “Todo es vanidad” y “debajo el sol” =…

Explique que la frase “debajo del sol” es otra forma de decir “durante la vida mortal”. Luego complete la frase en la pizarra para que se lea “Todo es vanidad” y “debajo del sol” = todo es vacío, temporal o sin significado durante la vida mortal.

Explique que ese mensaje es un tema que se repite a lo largo del libro de Eclesiastés. El autor de Eclesiastés a menudo escribió desde la perspectiva de alguien que tenía poco o ningún entendimiento del Plan de Salvación. Esa perspectiva puede ayudarnos a reconocer que las personas malgastan gran parte de su vida concentrados en afanes que terminan cuando mueren.

Explique que en Eclesiastés 2, el Predicador describe varias formas diferentes en que procuró encontrar propósito en la vida. Invite a un alumno a leer Eclesiastés 2:1–3 en voz alta, y pida a la clase que siga la lectura en silencio para descubrir cómo procuró el Predicador encontrar el propósito de la vida.

  • En esos versículos, ¿cómo procuró el Predicador encontrar el propósito de la vida? (Procuró alegría, placer y risa. Escriba las respuestas de los alumnos en la pizarra).

Divida los alumnos en grupos de dos o tres. Invite a la mitad de la clase a leer Eclesiastés 2:4–7 y a la otra mitad a leer Eclesiastés 2:8–10. Pídales que vean qué otras cosas hizo el Predicador para procurar encontrar el propósito de la vida.

  • ¿Cuáles fueron algunas otras cosas que el Predicador hizo para procurar encontrar el propósito de la vida? (Agregue las respuestas a la lista en la pizarra).

  • ¿De qué formas similares procura la gente de hoy encontrar el propósito de esta vida mortal?

Invite a un alumno a leer Eclesiastés 2:11 en voz alta, y pida a la clase que busque lo que descubrió el Predicador acerca de sus labores.

  • ¿Qué dijo el autor sobre todas las obras de sus manos? (Si lo desea, explique que la frase “aflicción de espíritu” significa que el Predicador estaba desanimado con los resultados de sus labores, dándose cuenta de que no le aportarían un verdadero provecho).

  • ¿Están de acuerdo o en desacuerdo con la conclusión del Predicador? ¿Por qué?

Para resumir Eclesiastés 3–10, explique que el Predicador escribió que aunque a todos nos suceden cosas buenas y malas, y aun cuando un día todos moriremos, podemos hacer muchas cosas para que nuestra vida mortal sea mejor antes de que ésta termine.

Proporcione a los alumnos la siguiente actividad en un volante. Invítelos a trabajar con un compañero para hacer concordar las referencias de las Escrituras con la frase correspondiente.

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1. Eclesiastés 4:9–10

a. Hagas lo que hagas, trabaja duro y pon tu mejor esfuerzo.

2. Eclesiastés 5:10–11

b. Aunque a veces los inicuos parecen prosperar, al final no les irá bien.

3. Eclesiastés 7:9

c. No pongas tu corazón en el dinero, pues nunca te va a satisfacer.

4. Eclesiastés 7:10

d. Evita la ociosidad, porque puede causar que perdamos cosas que son importantes para nosotros.

5. Eclesiastés 8:11–13

e. No malgastes el presente anhelando que regrese el pasado.

6. Eclesiastés 9:10

f. Los buenos amigos nos ayudarán en los momentos difíciles.

7. Eclesiastés 10:18

g. Aprende a controlar tu temperamento.

Cuando los alumnos terminen, invítelos a dar sus respuestas a la actividad de concordancia. (Respuestas: 1-f; 2-c; 3-g; 4-e; 5-b; 6-a; 7-d). Invite a algunos alumnos a explicar qué consejo les llamó la atención y por qué.

Eclesiastés 11–12

El Predicador enseña que debemos prepararnos ahora para el Juicio Final

Invite a un alumno a leer Eclesiastés 11:9 en voz alta, y pida a la clase que siga la lectura para averiguar lo que el autor quería que la gente joven comprendiera acerca de la vida.

  • ¿Qué quería el Predicador que la gente joven comprendiera acerca de sus elecciones en la vida?

Para resumir Eclesiastés 12:1–7, explique que el autor reiteró que un día todos moriremos. Invite a un alumno a leer Eclesiastés 12:7 en voz alta, y pida a la clase que siga la lectura en silencio para ver lo que sucederá cuando muramos.

  • ¿Qué creen que significa “y el polvo vuelva a la tierra, como era”? (Eclesiastés 12:7). (Al tiempo de nuestra muerte, nuestro cuerpo físico se descompondrá y volverá a la tierra).

  • ¿Qué verdad aprendemos en Eclesiastés 12:7 acerca de la condición de nuestro espíritu después de morir? (Es posible que los alumnos usen otras palabras, pero asegúrese de que descubran la siguiente verdad: Aunque experimentemos la muerte física, nuestro espíritu continúa viviendo y volverá a Dios. Si lo desea, sugiera a los alumnos que marquen la frase que enseña esa doctrina en el versículo 7).

Explique que hay otros pasajes de las Escrituras que nos ayudan a entender que al morir, nuestro espíritu no vuelve de inmediato a la presencia de Dios, sino que más bien irá al mundo de los espíritus (véase D. y C. 138:11–24). Invite a un alumno a leer en voz alta las siguientes palabras acerca de la condición de nuestro espíritu después de morir:

“La muerte no cambia nuestra personalidad ni nuestros deseos por lo bueno o malo. Aquellos que eligen obedecer a Dios en esta vida viven en un estado de felicidad, paz y descanso de los afanes y las preocupaciones; aquellos que eligieron no obedecer en esta vida y no se arrepintieron viven en un estado de desdicha. En el mundo de los espíritus, el Evangelio se predica a aquellos que no obedecieron el Evangelio o que no tuvieron la oportunidad de escucharlo mientras estuvieron en la tierra. Nosotros permaneceremos en el mundo de los espíritus hasta que seamos resucitados” (Predicad Mi Evangelio, 2004, pág.53).

Extienda una cuerda (cordel) a lo largo del salón, y explique que ésta representa la eternidad. (Si lo desea, invite a los alumnos a imaginarse que ambos extremos de la cuerda se extienden hasta lo infinito en las dos direcciones).

  • ¿Cuán larga es nuestra vida mortal cuando se compara con la eternidad? (Si lo desea, después de que respondan los alumnos, coloque una pequeña marca en la cuerda o cuelgue un clip en ella para representar que nuestra vida mortal es sólo una pequeña parte de nuestra existencia eterna).

  • Si nuestra vida mortal es tan corta comparada con la eternidad, ¿por qué creen que sea tan importante la forma en que elegimos pasar nuestro tiempo y energía durante la vida mortal?

Para ayudar a los alumnos a descubrir el principio más importante de Eclesiastés, remítase a la definición en la pizarra, recordándoles que “todo es vacío, temporal o sin significado durante la vida mortal” cuando ésta se vive sin comprender el Plan de Salvación.

Invite a un alumno a leer Eclesiastés 12:13–14 en voz alta, y pida a la clase que siga la lectura en silencio para averiguar la conclusión principal del Predicador.

  • ¿Qué principio podemos aprender de nuestro estudio de Eclesiastés? (Es posible que los alumnos usen otras palabras, pero asegúrese de que comprendan el siguiente principio: Si elegimos centrarnos en Dios y en guardar Sus mandamientos antes que en actividades mundanas, encontraremos el propósito de la vida mortal y estaremos preparados para el juicio de Dios).

Proporcione a los alumnos una copia de las siguientes palabras del élder Joseph B. Wirthlin, del Quórum de los Doce Apóstoles. Pida a un alumno que lea la cita en voz alta, e invite a la clase a seguir la lectura en silencio para averiguar cómo el comprender esas doctrinas que han aprendido puede influir en las decisiones que tomen ahora.

Elder Joseph B. Wirthlin

“Nosotros comprendemos que viviremos una vida posmortal de duración infinita, y que somos nosotros los que determinamos la clase de vida que será por medio de nuestros pensamientos y nuestras acciones en la vida terrenal, la cual es muy breve, pero enormemente importante…

“Ese entendimiento nos ayuda a tomar decisiones sabias en muchas elecciones de nuestro diario vivir. El divisar la vida desde una perspectiva eterna nos ayuda a concentrar nuestras limitadas energías terrenales en lo que más importa…

“…en virtud del sacrificio expiatorio del Salvador, todos resucitaremos; cada uno de nosotros se presentará ante el juzgado del gran Jehová y se nos recompensará de acuerdo con nuestros actos en la vida terrenal.

“Si tomamos cada decisión terrenal con ese criterio en mente, habremos utilizado nuestra probación terrenal con sabiduría, y los días de ésta nos otorgarán paz en este mundo y la vida eterna en el mundo venidero” (véase “Un tiempo de preparación”, Liahona, julio de 1998, págs. 13,14, 16).

Testifique que por causa de que la vida mortal es temporal, debemos tener mucho cuidado de cómo elegimos usar nuestro tiempo y energía. Al concentrar nuestro tiempo y esfuerzo en el Señor y en Su obra, encontraremos el máximo propósito y gozo en esta vida y estaremos preparados para la vida después de la muerte.

Invite a los alumnos a meditar y reflexionar en su propia vida, a considerar qué cambios podrían hacer y a actuar de acuerdo con la inspiración que reciban. Recuérdeles que el Señor puede ayudarnos a saber qué cambios tenemos que hacer y puede darnos fuerzas para cambiar conforme busquemos Su ayuda.

Cantares de Salomón

Salomón se regocija en el amor entre un hombre y una mujer

Para resumir los Cantares de Salomón, explique que este libro es una colección de poesía y cantos de amor y afecto. El manuscrito de la Traducción de José Smith establece que “…el Cantar de los Cantares de Salomón no es un escrito inspirado” (Guía para el Estudio de las Escrituras, “Cantares de Salomón”).

Comentarios e información de contexto

Eclesiastés 8:11–13 Castigo retrasado para los malvados

En ocasiones, alguien que está esforzándose por obedecer los mandamientos se puede sentir frustrado cuando otros abiertamente desobedecen los mandamientos y no parecen sufrir las consecuencias. El presidente Henry B. Eyring, de la Primera Presidencia, enseñó:

“Si escogemos lo bueno, con el tiempo, sentiremos felicidad. Si escogemos lo malo, con el tiempo, vendrán el pesar y el remordimiento. Esos efectos son seguros, pero a veces se demoran por un propósito. Si las bendiciones fuesen inmediatas, el escoger lo correcto no edificaría la fe; y ya que a veces también se demora mucho el pesar, se requiere fe para sentir la necesidad de procurar el perdón en un principio en lugar de hacerlo después de sentir las consecuencias tristes y dolorosas” (“Un incalculable legado de esperanza”, Liahona, mayo de 2014, pág. 25).

Eclesiastés 9:5–6, 10. “En el Seol… no hay obra, ni razonamiento, ni conocimiento ni sabiduría”

Es importante recordar que el autor de Eclesiastés, el Predicador, escribió como si no hubiera vida después de la muerte. Esas declaraciones se hicieron con ese pensamiento en mente y no toma en cuenta las verdades acerca de la vida después de la muerte que se enseñan en otros pasajes de las Escrituras (véase Alma 34:34; D. y C. 138:30). Por lo tanto, el autor de Eclesiastés no estaba declarando la doctrina de que nadie piensa, siente o trabaja después de la muerte, sino simplemente estaba ilustrando la perspectiva de la vida después de la muerte que tiene la persona que vive “debajo del sol”, sin comprender la vida más allá de la mortalidad.

Eclesiastés 12:7. Después de la muerte, “el espíritu vuelva a Dios, quien lo dio”

El Predicador no está diciendo necesariamente que volveremos de inmediato a la presencia de Dios. Alma declaró de manera similar que después de la muerte, “los espíritus de todos los hombres, sean buenos o malos, son llevados de regreso a ese Dios que les dio la vida” (Alma 40:11). El presidente Joseph Fielding Smith aclaró las palabras de Alma. Su explicación se aplica también a ese versículo de Eclesiastés. De acuerdo con el presidente Smith, esa frase, y otras similares, “sencillamente quieren decir que su existencia terrenal ha llegado a su fin y que han regresado al mundo de los espíritus, donde se les asigna un lugar según sus obras con los justos o los malvados, para allí esperar que llegue la Resurrección. ‘De regreso a… Dios’ es una frase que tiene equivalentes en muchas otras situaciones bien conocidas” (Answers to Gospel Questions, comp. por Joseph Fielding Smith Jr., 5 tomos, 1957-1966, tomo II, pág. 85; véase también El Libro de Mormón, manual para el alumno, Religión 121–122, 2009, pág. 249).