Seminario
Lección 141: Ezequiel 33–36


Lección 141

Ezequiel 33–36

Introducción

Por medio de Ezequiel, Jehová advirtió a los judíos que se hallaban en Babilonia sobre las consecuencias de seguir en el pecado. Después de haber condenado a algunos de los líderes de los israelitas por no cuidar del pueblo como debían, Jehová se comparó a Sí mismo con un buen pastor que ama y protege a Su rebaño. Jehová prometió a Su pueblo que los enemigos de éste serían destruidos y que, después que el pueblo regresara a Él, lo restauraría a su tierra.

Sugerencias para la enseñanza

Ezequiel 33

Como atalaya, Ezequiel amonesta al pueblo que no siga viviendo de manera pecaminosa

Copie el siguiente diagrama en la pizarra. Lea en voz alta el siguiente enunciado e invite a los alumnos a explicar si creen que es verdadero o no: “Siempre y cuando efectúes más acciones rectas que pecados durante la vida, es seguro que volverás a vivir con nuestro Padre Celestial para siempre”.

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Conforme estudien Ezequiel 33, invite a los alumnos a buscar las verdades que indiquen el modo en que Jesucristo nos juzgará y lo que debemos hacer para merecer vivir con el Padre Celestial para siempre.

Si lo desea, para ayudar a los alumnos a entender quién habla en ese capítulo, recuérdeles que el Padre Celestial designó a Jesucristo, es decir, Jehová, para hablar a los profetas en nombre de Él, tanto en los tiempos antiguos como en la actualidad. “Por lo general, cuando aparece el nombre Señor en el Antiguo Testamento, está refiriéndose a Jehová”. “El Dios que se conoce como Jehová es el Hijo Jesucristo… quien actúa bajo la dirección del Padre y está en completa armonía con Él” (véase Guía para el Estudio de las Escrituras, “Jehová”; “Trinidad”).

Para resumir Ezequiel 33:1–9, explique que Jesucristo reiteró que la función de los profetas se asemeja a la de los atalayas, los cuales tienen la responsabilidad de advertir al pueblo sobre los peligros que no se ven (véase Ezequiel 3:17–21). Recuerde a los alumnos que se llamó a Ezequiel a predicar a los israelitas que anteriormente habían hecho caso omiso de las amonestaciones de los profetas y que ahora sufrían las consecuencias de sus pecados, mientras vivían en cautiverio en Babilonia.

Invite a un alumno a leer en voz alta Ezequiel 33:10, y pida a la clase que siga la lectura en silencio para determinar lo que Jehová dijo que los israelitas habían preguntado. Explique que “consumirse” en los pecados significa que el pueblo sentía que se debilitaba por los pecados. La palabra vivir en ese versículo podría referirse a disfrutar de paz y felicidad en esta vida y, con el tiempo, vivir en la presencia del Padre Celestial.

Pida a un alumno que lea Ezequiel 33:11 en voz alta, y a la clase que siga la lectura en silencio para determinar cuál fue la respuesta de Jehová a la inquietud de los israelitas.

  • ¿Qué mensaje sobre Sí mismo mandó Jehová que Ezequiel comunicara a los israelitas?

  • ¿Qué mandó Jehová que hicieran los israelitas?

Explique que tal como se indica en Ezequiel 33–16, Jehová dio dos ejemplos para ayudar a los israelitas a comprender la importancia de apartarse del pecado y vivir con rectitud.

Invite a un alumno a leer en voz alta Ezequiel 33:12–13, y pida a la clase que siga la lectura en silencio para averiguar lo que Jehová enseñó sobre nuestra rectitud.

  • ¿Qué significa el que ninguna de nuestras acciones rectas “será recordada” si nos entregamos a la iniquidad (versículo 13)?

Invite a un alumno a leer en voz alta Ezequiel 33:14–16, y pida a la clase que siga la lectura en silencio para saber lo que sucede con los inicuos que se apartan de sus pecados.

  • ¿Qué ocurre con los inicuos que se apartan de sus pecados?

  • En el versículo 16, ¿qué significa que “no se le recordará ninguno de sus pecados” al inicuo que se aparte de sus pecados? (Jehová no tomará en cuenta esos pecados en el juicio final [véase D. y C. 58:42]).

Invite a un alumno a leer en voz alta Ezequiel 33:17–20, y pida a la clase que siga la lectura en silencio y que la mitad busque lo que el pueblo dijo sobre el camino del Señor o la manera en que Él nos juzgará, y que el resto averigüe la respuesta del Señor al pueblo.

  • ¿Qué dijo el pueblo sobre el camino del Señor?

  • ¿Qué respondió Jehová cuando se dijo que Sus juicios no son rectos?

  • ¿Cómo explicarían por qué la forma en que Jesucristo nos juzga es justa?

Para ayudar a los alumnos a comprender mejor la manera en que nos juzgará Jesucristo, invite a uno de ellos a leer en voz alta las siguientes palabras del élder Dallin H. Oaks, del Quórum de los Doce Apóstoles.

Elder Dallin H. Oaks

“El juicio final no es simplemente una evaluación de la suma total de las obras buenas y malas, o sea, lo que hemos hecho. Es un reconocimiento del efecto final que tienen nuestros hechos y pensamientos, o sea, lo que hemos llegado a ser. No es suficiente que cualquiera tan sólo actúe mecánicamente. Los mandamientos, las ordenanzas y los convenios del Evangelio no son una lista de depósitos que tenemos que hacer en alguna cuenta celestial. El evangelio de Jesucristo es un plan que nos muestra cómo llegar a ser lo que nuestro Padre Celestial desea que lleguemos a ser” (“El desafío de lo que debemos llegar a ser”, Liahona, enero de 2001, pág. 40).

  • Basándose en lo que han aprendido de Ezequiel 33 y de las palabras del élder Oaks, ¿cómo resumirían la manera en que el Señor nos juzgará? (Es posible que los alumnos respondan de diversas formas, pero asegúrese de que quede claro que Jesucristo nos juzgará por la persona que hayamos llegado a ser como consecuencia de nuestros pensamientos y acciones).

Vuelva a leer el enunciado que se leyó al comienzo de la lección. Invite a los alumnos a explicar por qué es falso el enunciado. Si lo desea, haga hincapié en que, cuando la persona realiza muchos actos rectos, pero después peca y se aparta de la rectitud, dicha persona no ha llegado a ser verdaderamente recta. Del mismo modo, cuando alguien que ha cometido muchos pecados decide volverse al Señor y arrepentirse, deja de ser inicuo.

  • ¿Por qué creen que es importante comprender que Jesucristo nos juzgará por lo que hayamos llegado a ser como consecuencia de nuestros pensamientos y acciones?

Para resumir Ezequiel 33:21–33, explique que Ezequiel se enteró de que Jerusalén había sido destruida. Ezequiel profetizó que quienes habían permanecido en la tierra de Israel, o se habían trasladado allí y se habían regocijado por la destrucción de Jerusalén, también serían destruidos. Jehová también le dijo a Ezequiel que los israelitas “oyen tus palabras, pero no las ponen por obra” (Ezequiel 33:32).

Ezequiel 34

Jehová cuidará de Su rebaño como un buen pastor

Exhiba la imagen de un pastor o dibújelo en la pizarra.

  • ¿Cuáles son las características de un buen pastor?

Explique que en Éxodo 34:1–8, Jehová comparó a los líderes de Israel con pastores y al pueblo con ovejas. Invite a varios alumnos a turnarse para leer en voz alta Ezequiel 34:1–8, y pida a la clase que siga la lectura en silencio para determinar lo que Jehová dijo sobre los líderes de Israel y el modo en que éstos trataban al pueblo.

  • ¿Qué dijo Jehová sobre los pastores de Israel?

Escriba el siguiente enunciado incompleto en la pizarra: Jesucristo es semejante a un pastor para Su pueblo porque Él…

Invite a los alumnos a leer Éxodo 34:11–16 en silencio para averiguar lo que Jesucristo hará como pastor de Su pueblo. Si lo desea, sugiérales que marquen lo que encuentren.

Invite a los alumnos a buscar las formas en que Jesucristo es semejante a un pastor para Su pueblo. Escriba las respuestas en la pizarra. (Es posible que los alumnos hallen diversas maneras, entre ellas, el que Jesucristo reúne a Su pueblo y lo protege, le da su propia tierra, lo apacienta, le da descanso y lo sana).

  • ¿Cuáles son algunos ejemplos del modo en que el Salvador satisface las necesidades espirituales de Sus ovejas?

  • ¿Qué debemos hacer para recibir esas bendiciones de Él?

  • ¿Cómo resumirían en forma de principio lo que Jesucristo hará por nosotros si lo seguimos? (Es posible que los alumnos lo digan con palabras diferentes, pero asegúrese de que reconozcan el siguiente principio: Si seguimos a Jesucristo, Él nos bendecirá en lo temporal y en lo espiritual).

  • ¿En qué ocasión el Salvador ha sido semejante a un buen pastor para ustedes al bendecirlos con alguna de las bendiciones que están en la pizarra?

Para resumir Ezequiel 34:17–31, explique que Ezequiel profetizó que Jehová libraría a Su pueblo de quienes lo oprimían. La profecía también se refiere al momento en que el Señor regresará a la tierra en los últimos días y congregará a las ovejas perdidas de Israel por medio de convenios. Vivirán con Él en seguridad y jamás se las volverá a esparcir.

Ezequiel 35–36

Jehová pronuncia juicios y promesas sobre Edom e Israel

Para resumir Ezequiel 35:1–36:7, explique que después que Jerusalén fue destruida y se llevó a muchos de los judíos cautivos a Babilonia, el pueblo de Edom, que era una nación vecina de Israel y Judá, pensaba apoderarse de la tierra que en ese momento había quedado desolada. Jehová prometió que, debido a que el pueblo de Edom se regocijaba en la destrucción de Israel, éste también sería destruido y su tierra quedaría desolada. Tal como se indica en Ezequiel 36:8–38, Jehová prometió que bendeciría la tierra para que fuera fructífera y que congregaría a todo Israel a fin de regocijarse en ello. Esa profecía, al igual que la profecía que está en Ezequiel 34:17–31, se refiere tanto a la época de Ezequiel como a los últimos días.

Invite a varios alumnos a turnarse para leer en voz alta Ezequiel 36:24–28, y pida a la clase que siga la lectura en silencio para saber lo que Dios prometió hacer por quienes eligieran seguirlo en los últimos días.

  • ¿Qué significa tener un “corazón de piedra” (versículo 26)? ¿De qué modo puede afectar a alguien el que tenga el corazón de piedra?

  • Según el versículo 26, ¿qué prometió hacer Jehová por quienes lo siguieran? (Es posible que los alumnos lo expresen con otras palabras, pero deben poder distinguir el siguiente principio: Cuando seguimos a Jesucristo, Él puede cambiarnos el corazón).

Para ayudar a los alumnos a comprender lo que significa tener un corazón nuevo o un cambio de corazón, considere pedirles que lean Mosíah 5:2 en silencio. Si lo desea, invítelos a apuntar esa referencia en el margen, junto a Ezequiel 36:26.

  • ¿Qué significa experimentar un cambio de corazón?

Si lo desea, testifique que todos podemos experimentar un cambio de corazón si así lo procuramos al seguir a Jesucristo. Escriba las siguientes preguntas en la pizarra:

1. ¿En qué aspectos necesito experimentar un cambio de corazón?

2. ¿Qué haré durante la próxima semana para invitar al Espíritu Santo a ayudarme a recibir un cambio de corazón?

Invite a los alumnos a escribir sus respuestas en el cuaderno de apuntes o el diario de estudio de las Escrituras. Explique que no les pedirá que compartan con la clase lo que escriban.

Después de darles suficiente tiempo, inste a los alumnos a procurar un cambio de corazón en los aspectos que hayan determinado.

Comentarios e información de contexto

Ezequiel 33:12, 14–16. Apartarse del pecado

Al leer esos versículos se podría suponer de manera errónea que el arrepentimiento es sencillo, que podemos permitirnos pecar y luego rápidamente abandonar nuestros pecados mediante el arrepentimiento y que así todo se olvidará. El élder Dallin H. Oaks, del Quórum de los Doce Apóstoles, enseñó:

“Nuestras propias experiencias confirman el hecho de que debemos pasar por un sufrimiento en el proceso de arrepentirnos, y que en los casos de transgresiones graves ese sufrimiento puede ser muy profundo y prolongado…

“¿Por qué tenemos que sufrir en nuestro camino hacia el arrepentimiento cuando hemos cometido pecados graves? Tendemos a considerar que el efecto del arrepentimiento es simplemente quedar limpios del pecado; pero ese punto de vista es incompleto…

“Una vez que el pecador haya pasado por ese proceso que da como resultado lo que las Escrituras describen como un corazón quebrantado y un espíritu contrito, el Salvador hace por él algo más que limpiarlo de pecado, le da una nueva fortaleza. Ese fortalecimiento es indispensable para que nos demos cuenta del propósito de la purificación, que es poder volver junto a nuestro Padre Celestial. A fin de estar en Su presencia, se necesita algo más que estar limpios: debemos haber cambiado de una persona moralmente débil que ha pecado a una fuerte y con el calibre espiritual que le permita estar en la presencia de Dios” (“El pecado y el sufrimiento”, Liahona, abril de 1994, págs. 30–31).

Ezequiel 36:26. “Un corazón nuevo”

El élder David A. Bednar, del Quórum de los Doce Apóstoles, explicó que la expiación del Salvador nos permite recibir un corazón nuevo:

“El que nuestro corazón cambie por medio del Espíritu Santo al punto de ‘ya no ten[er] más disposición a obrar mal, sino a hacer lo bueno continuamente’ (Mosíah 5:2), como tenía el pueblo del rey Benjamín, es la responsabilidad que hemos aceptado bajo convenio. Este potente cambio no es sólo el resultado de esforzarnos con más ahínco o de lograr mayor disciplina individual; más bien, es la consecuencia de un cambio radical en nuestros deseos, motivos y naturaleza, que se logra por medio de la expiación de Cristo el Señor. Nuestro propósito espiritual es superar tanto el pecado como el deseo de pecar, tanto la mancha del pecado como su tiranía” (“Limpios de manos y puros de corazón”, Liahona, noviembre de 2007, págs. 81–82).