Seminario
Lección 4: El estudio de las Escrituras


Lección 4

El estudio de las Escrituras

Introducción

Esta lección puede ayudar a los alumnos a aprender la forma de entender mejor las Escrituras, reconocer las verdades del Evangelio que contienen y aplicar dichas verdades en la vida. A medida que los alumnos descubran las verdades eternas que se hallan en las Escrituras y las pongan en práctica, el Evangelio se arraigará cada vez más en sus corazones. Piense en la forma de repasar el material de esta lección en el transcurso del año.

Sugerencias para la enseñanza

La importancia de estudiar las Escrituras

Invite a los alumnos a mencionar algunos de los beneficios de tener buenos amigos. Escriba las respuestas en la pizarra. Muestre un juego de libros canónicos y pregunte si algunos de los beneficios que aparecen en la pizarra podrían aplicarse también a las Escrituras.

De ser posible, entregue a los alumnos una fotocopia con la siguiente declaración del élder Richard G. Scott, del Quórum de los Doce Apóstoles, e invite a uno de ellos a leerla en voz alta. Pida a la clase que siga la lectura en silencio para determinar algunos de los beneficios de contar con las Escrituras como si fuesen un amigo:

Élder Richard G. Scott

“[Las Escrituras] se convierten en amigas incondicionales que no están limitadas por la geografía ni el calendario. Siempre están ahí cuando las necesitamos … Aprender, meditar, escudriñar y memorizar las Escrituras es como llenar un archivo con amigos, valores y verdades a las que podemos recurrir en cualquier momento, en cualquier parte del mundo …

“…[Memorizar un pasaje de las Escrituras] es como descubrir a una persona nueva que puede ayudarnos en tiempos de necesidad, darnos inspiración y consuelo, y ser la fuente de motivación para lograr un cambio necesario” (“El poder de las Escrituras”, Liahona, noviembre de 2011, pág. 6).

  • Según el élder Scott, ¿de qué modo pueden llegar a ser las Escrituras como un buen amigo?

Si lo desea, invite a algunos alumnos a compartir experiencias que hayan tenido en las que las Escrituras los hayan ayudado del modo que describió el élder Scott.

A fin de ayudar a los alumnos a comprender mejor cómo pueden ayudarlos las Escrituras, escriba en la pizarra la frase “Si estudiamos las Escrituras…”, junto con las siguientes referencias: Deuteronomio 17:19, Josué 1:8, Salmos 119:105, 2 Nefi 32:3, Jacob 2:8, Alma 31:5. Asigne a los alumnos que lean alguno de los pasajes e indíqueles que completen la frase de la pizarra basándose en lo que hallen en el pasaje asignado. Si lo desea, lea uno con la clase y complete el enunciado a modo de ejemplo.

Después de concederles suficiente tiempo, invite a los alumnos a escribir en la pizarra los enunciados que hayan formado al completar la frase. Los alumnos pueden valerse de diversas palabras, pero las respuestas deben reflejar los siguientes principios: Si estudiamos las Escrituras… :

  • …nos ayudarán a aprender a temer (respetar) a Jehová y guardar Sus mandamientos.

  • …nos dirán lo que hemos de hacer para prosperar y que todo nos salga bien.

  • …nos iluminarán el camino.

  • …nos dirán todas las cosas que debemos hacer.

  • …nos sanarán el alma herida.

  • …nos impulsarán a hacer lo que es justo (recto).

Invite a los alumnos a meditar sobre cuáles de esas bendiciones han recibido mediante el estudio de las Escrituras. Si el tiempo lo permite, invite a algunos de ellos a compartir las experiencias o sentimientos referentes a las bendiciones de estudiar las Escrituras.

A fin de ayudar a los alumnos a entender la importancia del estudio diario de las Escrituras, muéstreles un cepillo de dientes y un pomo de pasta dental. Dígales que, a fin de emplear el tiempo con mayor eficiencia, está considerando cambiar cómo y cuándo se cepillará los dientes. En lugar de cepillarse dos minutos cada día, se cepillará quince minutos una vez a la semana. Además, usará siete veces más cantidad de pasta dentífrica para limpiarse bien los dientes. Pregunte a los alumnos lo que opinan sobre su nueva idea.

  • ¿Por qué no sería ese nuevo plan una forma prudente de cuidarse la dentadura?

  • ¿Cómo se relaciona ese ejemplo con nuestro estudio de las Escrituras?

Invite a un alumno a leer en voz alta la siguiente declaración del presidente Howard W. Hunter:

Presidente Howard W. Hunter

“Es obvio que el que estudia diariamente [las Escrituras] logra más que el que dedica muchas horas en un día, dejando pasar días enteros antes de reiniciar el estudio” (véase “El estudio de las Escrituras”, Liahona, enero de 1980, pág. 96).

Invite a los alumnos a explicar lo que han hecho para cultivar el hábito de estudiar las Escrituras a diario. Invítelos a fijarse la meta de estudiar las Escrituras a diario.

Cómo estudiar las Escrituras

Pida a los alumnos que imaginen que, mientras exploran una zona al aire libre, algo brillante capta su atención. Al observar más cerca, descubren que se trata de un gran diamante.

  • ¿Cómo se sentirían? ¿Por qué?

Explique que el élder Richard G. Scott enseñó que hay “diamantes de la verdad que… hay que extraer con esmero de las páginas del Antiguo Testamento” (“Four Fundamentals for Those Who Teach and Inspire Youth” [discurso pronunciado en un simposio del Sistema Educativo de la Iglesia, 14 de agosto de 1987], pág. 1; si.lds.org). A algunos de esos diamantes los llamamos doctrinas y principios. Escriba esas palabras en la pizarra y pregunte a los alumnos si pueden definirlas.

Corrija o expanda las respuestas al explicar que las doctrinas son las verdades fundamentales e inmutables del Evangelio, y que los principios pueden guiarnos al tomar decisiones.

Explique que las siguientes técnicas pueden ayudar a los alumnos a reconocer, comprender y poner en práctica las doctrinas y los principios que se hallan en las Escrituras.

Entender el contexto y el contenido de las Escrituras

Muestre la imagen de un diamante sobre un fondo negro, o bien, dibújelo de forma sencilla en la pizarra.

diamante sobre fondo negro
  • Los joyeros, por lo general, muestran los diamantes sobre fondos de color oscuro. ¿Por qué lo hacen? (El fondo oscuro contribuye a que el diamante resalte.)

  • Explique que una parte importante del proceso de reconocer las doctrinas y los principios que se hallan en las Escrituras es, en primer lugar, entender el contexto y el contenido de las Escrituras. (Escriba ese enunciado en la pizarra.) Eso significa comprender el marco histórico y literario, la trama del relato en cuestión, las personas, los acontecimientos y los sermones del texto de las Escrituras. El contexto y el contenido de las Escrituras proporcionan el entorno que ayuda a distinguir los principios y las doctrinas con más claridad.

  • ¿Qué elementos les han sido útiles para entender el contexto o el contenido de los pasajes de las Escrituras?

Las siguientes ideas didácticas contribuyen a que los alumnos aprendan y practiquen métodos que les ayudan a entender el contexto y el contenido.

El uso de las ayudas para el estudio de las Escrituras: Invite a los alumnos a mencionar algunas de las ayudas para el estudio de las Escrituras de la edición SUD de los libros canónicos. Éstas comprenden las notas al pie de página, los encabezados de los capítulos, la Guía de Referencias de la Santa Biblia, la Guía para el estudio de las Escrituras y los mapas.

Indique que una ayuda especialmente provechosa al estudiar la Biblia es la Traducción de José Smith. José Smith hizo revisiones inspiradas de la Biblia a fin de restaurar texto perdido y aclarar ciertos pasajes. Muchas de esas modificaciones pueden hallarse en las notas al pie de página o en el apéndice de la edición SUD de la combinación triple. Si los alumnos tienen la edición SUD de la Biblia, podría invitarlos a leer Éxodo 4:21 y consultar las notas al pie de la página para verificar la corrección que realizó José Smith.

  • ¿De qué modo influye dicha corrección en nuestra comprensión de lo que se narra en ese versículo?

Simbolismo: Trace un dibujo sencillo de una fogata con brasas en la pizarra.

fogata con brasas
  • ¿Qué puede simbolizar el fuego en las Escrituras?

Después de que los alumnos respondan, explique que el profeta Isaías tuvo una visión de Dios en el templo. Pida a un alumno que lea en voz alta Isaías 6:5–7. Pida a la clase que siga la lectura en silencio, en busca de lo que le ocurrió a Isaías.

  • ¿Qué simbolismo podría tener el carbón encendido?

Para ayudar a los alumnos a comprender lo que simboliza el carbón encendido, ayúdelos a buscar la nota al pie del versículo 6.

Explique que las Escrituras están colmadas de símbolos que nos pueden enseñar importantes verdades del Evangelio. Algunas palabras o frases como semejante a, a semejanza de o como contribuyen a que reconozcamos los símbolos. Las notas al pie de página, la Guía de Referencias de la Santa Biblia y la Guía para el estudio de las Escrituras también pueden ser útiles para la interpretación de los símbolos.

Las definiciones de las palabras: Invite a un alumno a leer en voz alta Jeremías 8:22 y Salmos 118:22 mientras los de la clase siguen la lectura en silencio y buscan las palabras que no entienden. Escriba las palabras bálsamo de Galaad y cabeza del ángulo en la pizarra y pregunte si alguien sabe lo que significan.

  • ¿Qué pueden hacer al leer en las Escrituras una palabra que no entienden?

Explique que los diccionarios, las notas al pie de página y las ayudas para el estudio de las Escrituras con frecuencia ayudan a los alumnos a entender palabras y frases difíciles. Invite a los alumnos a buscar en la Guía para el estudio de las Escrituras la definición de las palabras que figuran en la pizarra.

Reconocer y comprender doctrinas y principios

Explique que, al estudiar el contexto y el contenido de las Escrituras, debemos buscar los principios y las doctrinas. Señale que algunos principios de las Escrituras aparecen con claridad en el texto y se reconocen fácilmente mediante palabras y frases como “y así vemos que”, “por tanto”, “por consiguiente” y “he aquí”. Explique que otros principios pueden estar implícitos en la trama de lo que se narra, los acontecimientos, las parábolas o la vida de las personas.

Explique que al plantearse las siguientes preguntas al leer puede ayudar a los alumnos a reconocer algunos principios:

  • ¿Cuál es la moraleja o el propósito de esta historia?

  • ¿Qué puedo aprender de estos pasajes?

  • ¿Cuáles son las verdades del Evangelio que se enseñan en este pasaje?

A fin de ayudar a los alumnos a practicar cómo reconocer las doctrinas y los principios, muestre la lámina David mata a Goliat (Libro de obras de arte del Evangelio, 2009, Nº 19; véase también LDS.org), e invite a un alumno a leer en voz alta 1 Samuel 17:32–37, mientras los de la clase siguen la lectura en silencio.

David y Goliat
  • ¿Qué verdad del Evangelio se aprende de ese pasaje? (A medida que los alumnos contesten, anote las respuestas en la pizarra. Es posible que mencionen varios principios, entre ellos, los siguientes: Si ejerzo la fe en el Señor, Él me ayudará a superar las dificultades de la vida.)

La aplicación de las doctrinas y los principios en nuestra vida

Explique que, conforme reconozcamos las doctrinas y los principios en las Escrituras, podremos meditar en cómo se aplican a nuestras experiencias personales. Al hacerlo, invitamos al Espíritu a nuestro corazón. Cuando el Espíritu testifica de las doctrinas y los principios, podemos tener un mayor deseo de ponerlos en práctica y aplicarlos en nuestra vida. Pida a uno de los alumnos que lea en voz alta la siguiente declaración del élder M. Russell Ballard, del Quórum de los Doce Apóstoles:

Élder M. Russell Ballard

“Al recibir consejo e instrucción, busquen los principios que serán eternamente importantes en su vida y luego háganlos parte de ella” (“How to Solve Problems”, New Era, julio de 2013, pág. 48).

  • ¿En qué oportunidades han hallado alguna doctrina o algún principio en las Escrituras que después haya pasado a formar parte de su vida?

Después de que los alumnos contesten, invítelos a buscar alguna doctrina o algún principio en las Escrituras durante el estudio personal, y asistir a seminario preparados para explicar tanto la doctrina o el principio, como el modo en que lo hallaron.

Comentarios e información de contexto

Las Escrituras pueden contestar todas las preguntas

El presidente Boyd K. Packer, del Quórum de los Doce Apóstoles, enseñó:

“Si [usted conoce] las revelaciones, no habrá pregunta —personal, social, política o profesional— que quede sin respuesta. En ellas se encuentra la plenitud del Evangelio sempiterno. En ellas encontramos principios verdaderos que resolverán cualquier confusión, problema o dilema que la familia humana o cualquiera de sus integrantes tengan que afrontar” (“Teach the Scriptures” [discurso dirigido a maestros de religión del SEI, 14 de octubre de 1977], págs. 3–4; si.lds.org; véase también La enseñanza en Seminario: Lecturas de preparación para el maestro, 2006, pág. 79).

El élder Dallin H. Oaks, del Quórum de los Doce Apóstoles, explicó:

“A menudo oímos decir que las Escrituras tienen la respuesta a todas nuestras preguntas. ¿Por qué es eso así? No es que las Escrituras contengan una respuesta específica para cada pregunta, ni siquiera para cada pregunta doctrinal … Decimos que las Escrituras contienen la respuesta a todas las preguntas debido a que las Escrituras nos guían a todas las respuestas …

“…Ésa es la razón por la que el estudio de las Escrituras nos preparará a fin de que tengamos la sensibilidad necesaria para recibir la inspiración del Espíritu Santo, lo cual, como dicen las Escrituras, nos ‘guiará a toda la verdad’ (Juan 16:13), y por cuyo poder ‘[podremos] conocer la verdad de todas las cosas’ (Moroni 10:5)” (“Studying the Scriptures” [discurso pronunciado en BYU–Hawái, 14 de marzo de 1986], págs. 18, 19; véase también El estudio de las Escrituras: El poder de la palabra. Manual del maestro [manual del Sistema Educativo de la Iglesia, 2002], pág. 48).

El estudio de las Escrituras requiere esfuerzo

El élder David A. Bednar, del Quórum de los Doce Apóstoles, enseñó:

“La combinación que abre la puerta de la caja fuerte que guarda los tesoros de las Escrituras incluye una gran cantidad de trabajo, trabajo simple, arduo y tradicional … No podemos esperar una gran cosecha de las Escrituras a menos que paguemos el precio de estudiarlas regular y diligentemente. Los tesoros de las Escrituras que buscamos en nuestra vida no se pueden tomar prestados ni tampoco se pueden adquirir de segunda mano. Cada uno de nosotros debe aprender a abrir la puerta de esa caja fuerte mediante el principio del trabajo” (“Porque las tenemos ante nuestros ojos”, Liahona, abril de 2006, pág. 20).

Cómo reconocer principios en las Escrituras

El presidente Marion G. Romney, de la Primera Presidencia, enseñó:

“Uno no puede estudiar las Escrituras con sinceridad sin dejar de aprender principios del Evangelio, pues éstas se han escrito a fin de preservar los principios para nuestro beneficio” (“The Message of the Old Testament” [Simposio del Sistema Educativo de la Iglesia sobre el Antiguo Testamento, 17 de agosto de 1979, pág. 3], si.lds.org).

El élder Richard G. Scott, del Quórum de los Doce Apóstoles, enseñó:

“Un principio es una verdad concentrada y preparada para aplicarse en una amplia gama de circunstancias; cuando es verdadero, hace que las decisiones sean claras aun en medio de las condiciones más confusas y apremiantes” (véase “Cómo adquirir conocimiento espiritual”, Liahona, enero de 1994, pág. 101).

Cómo poner en práctica los principios del Evangelio

El presidente Dieter F. Uchtdorf, de la Primera Presidencia, enseñó:

“El evangelio restaurado de Jesucristo nos bendice no sólo cuando creemos en él, sino mucho más cuando lo vivimos. Es al aplicar los principios del Evangelio que las personas se elevan y las familias se fortalecen. Tenemos el privilegio y la responsabilidad no solamente de decir lo correcto sino de hacer lo correcto” (“Cuatro títulos”, Liahona, mayo de 2013, pág. 60).

La manera de leer las Escrituras

El élder Jeffrey R. Holland, del Quórum de los Doce Apóstoles, enseñó:

“Lean más lenta y cuidadosamente, y con más preguntas en mente … mediten, … examinen cada palabra, cada gema de las Escrituras … Sosténganla en alto y examínenla a la luz, y gírenla, y vean qué se refleja y qué se refracta allí … Tal examinación puede desenterrar un tesoro escondido en un campo: una perla de gran precio; una perla sin precio” (“Students Need Teachers to Guide Them” [discurso dirigido a maestros de religión del SEI, 20 de junio de 1992], pág. 4; si.lds.org).

El estudio diario de las Escrituras

El presidente Harold B. Lee dijo:

“Si no estamos leyendo a diario las Escrituras, nuestro testimonio está disminuyendo, nuestra espiritualidad no está aumentado en profundidad. Nosotros, por propia iniciativa, debemos estar estudiando las Escrituras y adquirir el hábito de hacerlo diariamente” (Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: véase de Harold B. Lee, 2000, pág. 73).