Lección 50
Éxodo 20, Parte 2
Introducción
Mientras los hijos de Israel estaban reunidos al pie del monte Sinaí, Dios les dio los Diez Mandamientos Esta lección cubre los últimos cinco de esos mandamientos. Después de ver las manifestaciones de la presencia de Dios en el monte Sinaí, los israelitas tuvieron temor. Jehová, por medio de Moisés, dio instrucciones adicionales sobre cómo debían adorarle.
Sugerencias para la enseñanza
Éxodo 20:13-17
Dios da a los israelitas mandamientos tocante a la relación con los demás
Antes de la clase, enumere los Diez Mandamientos en la pizarra.
Comience la lección con la pregunta:
-
Si alguien les preguntara cuál es el mandamiento más importante, ¿qué dirían? ¿Por qué?
Explique que al Salvador se le hizo una pregunta similar durante Su ministerio terrenal. Invite a un alumno a leer Mateo 22:36-40 en voz alta, y pida a la clase que siga la lectura en silencio y averigüe cómo respondió el Salvador. Pida a los alumnos que informen lo que encontraron.
Escriba Amar a Dios y Amar a tu prójimo en la pizarra. Explique que el Salvador resumió todos los mandamientos de Dios en esos dos mandamientos. Pida a los alumnos que clasifiquen cada uno de los Diez Mandamientos bajo uno de esos dos encabezados. Escriba el número del mandamiento bajo el encabezado que seleccionen los alumnos. (Por ejemplo, podrían decir que los mandamientos del 1 al 4 tienen que ver con amar a Dios, y los mandamientos del 5 al 10 tienen que ver con amar a su prójimo.)
Escriba el siguiente principio en la pizarra: Al vivir los Diez Mandamientos, podemos demostrar amor por Dios y por nuestro prójimo. Invite a los alumnos a reflexionar cómo ese principio se puede relacionar con ellos a medida que continúan estudiando los Diez Mandamientos.
En la siguiente actividad, los alumnos estudiarán y luego se enseñarán el uno al otro sobre uno o dos de los Diez Mandamientos. Divida los alumnos en cuatro grupos. Proporcione a cada grupo una copia de uno de los siguientes cuatro volantes. Explique que los grupos tendrán cinco minutos para aprender sobre algunos de los Diez Mandamientos y prepararse para enseñar a la clase utilizando el bosquejo que se proporcionará. Los alumnos maestros de cada grupo tendrán cinco minutos para enseñar a la clase sobre el(los) mandamiento(s) que estudiaron. (Esta actividad se escribió para cuatro grupos con cuatro alumnos por grupo, pero se puede adaptar si no tienen suficientes alumnos. Por ejemplo, se podrían crear menos grupos y usted mismo puede enseñar sobre uno o más de los mandamientos.)
Si algunos grupos terminan su preparación antes de se termine el tiempo asignado, pídales que busquen una Escritura que ilustre la importancia de guardar el(los) mandamiento(s) sobre los que aprendieron. Pueden utilizar esa referencia cuando enseñen la clase.
Después de que los alumnos hayan tenido tiempo de analizar los mandamientos que se les asignaron en sus grupos, invítelos a anotar los números del 1 al 4 en sus cuadernos de apuntes o sus diarios de estudio de las Escrituras. Pídales que escriban lo que aprendieron de cada grupo de compañeros.
Invite a alumnos del grupo 1 a pasar al frente de la clase y enseñar como se les indicó por no más de cinco minutos. Repita eso por cada grupo adicional. Agradezca a los alumnos su participación.
Pida a algunos alumnos que compartan lo que escribieron sobre lo que aprendieron de las enseñanzas de sus compañeros. Luego pregunte a la clase:
-
¿Cómo el vivir los mandamientos que hemos analizado nos ayuda a mostrar amor por nuestro prójimo?
-
¿Cómo el vivir esos mandamientos nos permiten demostrar amor por Dios?
Éxodo 20:18-26
Jehová da instrucciones adicionales para adorarle
Para resumir Éxodo 20:18–26, explique que cuando los israelitas vieron los truenos y los relámpagos sobre el monte Sinaí y escucharon la voz de Jehová declarar los Diez Mandamientos, tuvieron temor. Moisés les dijo “No temáis” (versículo 20 ). Las palabras de Moisés tenían como fin inspirar su reverencia y asombro hacia Dios y motivarlos a resistir el pecado. De la respuesta de Moisés aprendemos que la reverencia por Dios nos ayuda a resistir el pecado. Jehová dio entonces instrucciones sobre cómo los israelitas debían adorarle.
Para terminar, testifique acerca de las verdades y los mandamientos que los alumnos analizaron hoy. Invite a los alumnos a escribir en su cuaderno de apuntes o en su diario de estudio de las Escrituras lo que harán en forma diferente como resultado de lo que han aprendido.
Dominio de las Escrituras: Éxodo 20:3-17
Para ayudar a los alumnos a memorizar Éxodo 20:3-17, divida los alumnos en grupos de dos a cuatro e invítelos a crear una manera de recordar los Diez Mandamientos en el orden en que figuran en los versículos. Por ejemplo, los alumnos podrían crear formas de recordar usando rimas, imágenes, ademanes o cuentos. Después de dar tiempo suficiente, invite a cada grupo a demostrar a la clase lo que averigüen. Después del turno de cada grupo, invite a la clase a repetir los Diez Mandamientos usando el método que el grupo creó.
Comentarios e información de contexto
Éxodo 20:13. Matar no siempre es asesinato
Existen algunas situaciones cuando alguien puede matar a otra persona con diferentes intenciones de las que se relacionan con el asesinato. Entre esas circunstancias se podrían incluir la defensa propia o la guerra (aunque algunas personas aun podrían tener intenciones asesinas en la guerra). Matar en tales situaciones no constituye asesinato. Con respecto a matar como parte de la guerra, el presidente Harold B Lee explicó, “Hay… una enorme diferencia entre destruir la vida actuando bajo el mandato de una nación soberana a la cual tenemos el deber de obedecer, y matar por responsabilidad propia” …(Antiguo Testamento, Manual del Estudiante: Génesis-2 Samuel, 3ra. ed. [manual de SEI, 2003], pág. 115; véase también Alma 43:45–47).
Éxodo 20:14. “No cometerás adulterio”
El élder Jeffrey R. Holland, del Cuórum de los Doce Apóstoles, enseñó:
“‘[¿Por qué Alma advirtió] a su hijo Coriantón que la transgresión sexual es ‘una abominación a los ojos del Señor; sí, más [abominable] que todos los pecados, salvo el derramar sangre inocente o el negar al Espíritu Santo?’ […Alma 39:5].
Al adjudicarle esa seriedad a un apetito sexual de carácter tan universal, ¿qué nos trata de decir Dios en cuanto al lugar que eso ocupa en el plan que Él tiene para todos los hombres y todas las mujeres? Les afirmo que Él está haciendo precisamente eso: haciendo hincapié en el plan de vida mismo. Está claro que, entre las preocupaciones más grandes que Él tiene acerca de la vida terrenal, están la forma en que una persona llega al mundo y la forma en que sale de éste. Él ha puesto límites muy estrictos al respecto” (véase “La pureza personal”, Liahona, enero de 1999, pág. 90).
Éxodo 20:16. “No dirás contra tu prójimo falso testimonio”
El presidente Howard W. Hunter enseñó sobre las formas en que se quebranta el mandamiento de no decir falso testimonio:
“Fundamentalmente, este mandamiento tiene referencia al falso testimonio que se da en procesos judiciales, pero se extiende para abarcar todas las declaraciones que son falsas en hecho. Toda falsedad que tenga como fin perjudicar a otro en sus bienes, persona o carácter va en contra del espíritu y la letra de esa ley. La supresión de la verdad que resulta en el mismo perjuicio es también una violación de ese mandamiento” (en Conference Report, abril de 1965, pág. 57).
Comentarios e información de contexto
Éxodo 20:13. Matar no siempre es asesinato
Existen algunas situaciones cuando alguien puede matar a otra persona con diferentes intenciones de las que se relacionan con el asesinato. Entre esas circunstancias se podrían incluir la defensa propia o la guerra (aunque algunas personas aun podrían tener intenciones asesinas en la guerra). Matar en tales situaciones no constituye asesinato. Con respecto a matar como parte de la guerra, el presidente Harold B Lee explicó, “Hay… una enorme diferencia entre destruir la vida actuando bajo el mandato de una nación soberana a la cual tenemos el deber de obedecer, y matar por responsabilidad propia” (Antiguo Testamento, Manual del Estudiante: Génesis-2 Samuel, 3ra. ed. [manual de SEI, 2003], pág. 115; véase también Alma 43:45–47).
Éxodo 20:14. “No cometerás adulterio”
El élder Jeffrey R. Holland, del Quórum de los Doce Apóstoles, enseñó:
“‘[¿Por qué Alma advirtió] a su hijo Coriantón que la transgresión sexual es ‘una abominación a los ojos del Señor; sí, más [abominable] que todos los pecados, salvo el derramar sangre inocente o el negar al Espíritu Santo?’ [Alma 39:5].
Al adjudicarle esa seriedad a un apetito sexual de carácter tan universal, ¿qué nos trata de decir Dios en cuanto al lugar que eso ocupa en el plan que Él tiene para todos los hombres y todas las mujeres? Les afirmo que Él está haciendo precisamente eso: haciendo hincapié en el plan de vida mismo. Está claro que, entre las preocupaciones más grandes que Él tiene acerca de la vida terrenal, están la forma en que una persona llega al mundo y la forma en que sale de éste. Él ha puesto límites muy estrictos al respecto” (véase “La pureza personal”, Liahona, enero de 1999, pág. 90).
Éxodo 20:16. “No dirás contra tu prójimo falso testimonio”
El presidente Howard W. Hunter enseñó sobre las formas en que se quebranta el mandamiento de no decir falso testimonio:
“Fundamentalmente, este mandamiento tiene referencia al falso testimonio que se da en procesos judiciales, pero se extiende para abarcar todas las declaraciones que son falsas en hecho. Toda falsedad que tenga como fin perjudicar a otro en sus bienes, persona o carácter va en contra del espíritu y la letra de esa ley. La supresión de la verdad que resulta en el mismo perjuicio es también una violación de ese mandamiento” (en Conference Report, abril de 1965, pág. 57).