Lección 155
Hageo; Zacarías 1–2
Introducción
Mediante el profeta Hageo, el Señor exhortó a los judíos a que reedificaran el templo en Jerusalén, y les prometió grandes bendiciones si le obedecían. El profeta Zacarías tuvo varias visiones en cuanto a Judá, Jerusalén y los últimos días.
Sugerencias para la enseñanza
Hageo 1–2
Hageo exhorta al pueblo a reedificar el templo
Lleve a clase un recipiente vacío (como una botella de plástico) con varios agujeros pequeños en el fondo, una jarra de agua, una esponja o paño y una olla lo suficientemente grande para que recoja el agua que caerá.
Pida a un alumno que pase al frente de la clase y que use una esponja o un paño para pasar el agua de la jarra al recipiente con agujeros. (Asegúrese de que el alumno lo haga sobre la olla, para que recoja el agua que caiga). Después de que el alumno complete la tarea con dificultad, haga la siguiente pregunta:
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¿Por qué es difícil llenar un recipiente que tiene agujeros?
Pida a los alumnos que mediten en cuanto a cómo esa actividad podría representar la experiencia de alguien a quien se le dé la palabra de Dios pero que ignore la voluntad de Dios y en vez de ello siga sus propios deseos.
Pida a los alumnos que al estudiar el Libro de Hageo, busquen verdades que ilustren las bendiciones de poner a Dios y Su voluntad en primer plano en nuestra vida.
Pida a los alumnos que ubiquen “Hageo” en el diagrama “Los reinos de Israel y Judá en un vistazo” (véase la lección 102). Explique que después de que los judíos llegaron a Jerusalén de su cautividad en Babilonia, se esforzaron mucho por reconstruir el templo, la ciudad, sus hogares y sus vidas. Sin embargo, debido a la oposición de los samaritanos y su propia apatía, dejaron de trabajar en el templo durante varios años (véase Esdras 4:1–5, 24).
Invite a un alumno a leer en voz alta Hageo 1:1–4, y pida a la clase que siga la lectura en silencio para descubrir el mensaje del Señor que Hageo dirigió a Zorobabel y a Josué, dos de los líderes judíos.
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Según el versículo 2, ¿qué dijo el pueblo en cuanto a reedificar el templo?
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¿Qué preguntó el Señor al pueblo en el versículo 4?
Resalte la palabraenmaderadas en el versículo 4. Las “casas enmaderadas” se refiere a la forma en que muchos judíos amueblaban sus hogares con maderas finas, y la frase “esta casa” se refiere al templo.
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¿Cómo había puesto el pueblo su voluntad por delante de la voluntad del Señor?
Muestre el recipiente con los agujeros e invite a un alumno a leer Hageo 1:5–7 en voz alta, y pida a los alumnos que sigan la lectura en silencio y busquen las similitudes que hay entre la situación de los judíos y el recipiente.
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¿En qué se parecía la situación de los judíos al recipiente con agujeros?
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Según el versículo 6, ¿en qué formas no prosperó el pueblo?
Destaque la frase “Meditad bien sobre vuestros caminos” en los versículos 5 y 7, y pida a un alumno que explique en sus propias palabras lo que significa esa frase.
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¿Por qué piensas que los judíos debían meditar sobre sus caminos?
Invite a un alumno a leer Hageo 1:8 en voz alta, y pida a la clase que siga la lectura en silencio y que busque lo que el Señor dijo al pueblo que hiciera.
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¿Qué mandó el Señor que hiciera el pueblo?
Para resumir Hageo 1:9–11, explique que el Señor dijo a los judíos que las dificultades por las que estaban pasando, incluyendo la sequía y la hambruna, eran resultado de poner en más alta prioridad amueblar sus casas que edificar Su templo.
Invite a un alumno a leer Hageo 1:12–14 en voz alta, y pida a los alumnos que sigan la lectura en silencio para averiguar lo que decidieron hacer Zorobabel, Josué y el pueblo.
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¿Qué decidieron hacer los judíos?
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Según el versículo 13, ¿cuál fue el mensaje que el Señor dio al pueblo debido a su decisión de trabajar en el templo?
Para resumir Hageo 2:1–6, explique que después de que los judíos lucharon cerca de un mes para reedificar el templo, el Señor les habló palabras de ánimo por medio del profeta Hageo. Invite a un alumno a leer en voz alta Hageo 2:4-5, y pida a la clase que siga la lectura en silencio para averiguar cómo alentó el Señor al pueblo.
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¿Cómo podía el pueblo ser fuerte y no temer al reedificar el templo?
Invite a un alumno a leer en voz alta Hageo 2:7–9, y pida a la clase que siga la lectura en silencio para determinar lo que el Señor dijo que haría a Su templo. Señale que el título “el Deseado de todas las naciones” (versículo 7) se refiere al Salvador, Jesucristo.
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De acuerdo con el versículo 7, ¿qué hará Jesucristo a Su templo cuando venga?
Explique que esa profecía se podría referir a las visitas del Salvador al templo durante Su ministerio terrenal. También se podría referir a Su visita a Su templo en Jerusalén durante la Segunda Venida, que puede que sea lo que Hageo quería decir cuando dijo: “La gloria de esta última casa será mayor que la de la primera”, o el templo de Salomón (versículo 9).
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De acuerdo con el versículo 9, ¿qué dará el Señor en Su templo?
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¿Qué principio podemos aprender del versículo 9 que nos podría ayudar a entender el importante propósito de los templos? (Los alumnos pueden usar palabras diferentes, pero deberían reconocer el siguiente principio: Cuando estamos en la casa del Señor, Él nos puede dar paz. Si lo desea, sugiera a los alumnos que apunten ese principio en el margen, junto al versículo 9).
Para ayudar a que los alumnos comprendan ese principio, Invite a un alumno a leer en voz alta las siguientes palabras del élder David B. Haight, del Quórum de los Doce Apóstoles.
“En el momento en que entramos en la Casa del Señor, la atmósfera cambia de lo mundano a lo celestial; allí encontramos un descanso de las actividades de la vida diaria y recibimos paz mental y espiritual. Es un refugio contra todo lo malo y una protección contra las tentaciones que atacan nuestro bienestar espiritual” (“Los templos y la obra que se efectúa en ellos”, Liahona, enero de 1991, pág. 69).
Pida a los alumnos que compartan una experiencia que hayan tenido cuando sintieron paz en el templo. Inste a los alumnos a ser dignos de estar en el templo y a ir al templo tan a menudo como puedan.
Para resumir Hageo 2:10–17, explique que esos versículos se refieren a las ordenanzas de la ley de Moisés relacionadas con santidad y limpieza, y de nuevo mencionan los problemas temporales de los judíos como resultado de no edificar el templo.
Vuelva a mostrar el recipiente con agujeros. Invite a un alumno a leer Hageo 2:18–19 en voz alta, y pida a la clase que siga la lectura en silencio para determinar las bendiciones que el Señor dijo que resultarían de la decisión del pueblo de trabajar en el templo.
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¿Qué dijo el Señor que haría por Israel a partir del día en que continuaran trabajando en el templo?
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¿Qué principios podemos aprender de esos versículos? (Los alumnos pueden usar palabras diferentes, pero deberían reconocer el siguiente principio: Si ponemos a Dios y Su voluntad como prioridad en nuestra vida, entonces Él estará con nosotros y bendecirá todos los aspectos de nuestra vida Anote ese principio en la pizarra. Quizá podría sugerir que los alumnos lo escriban en el margen de su ejemplar de las Escrituras junto a Hageo 2:18–19).
A fin de ayudar a los alumnos a entender el principio, pídales que compartan situaciones en las que tendríamos que decidir si poner a Dios primero (por ejemplo, al aceptar un trabajo bien remunerado que requiera trabajar en el día de reposo en lugar de asistir a la Iglesia).
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¿Cómo nos podría bendecir Dios en todos los aspectos de nuestra vida si le ponemos en primer lugar?
Para ayudar a los alumnos a entender cómo serán bendecidos si ponen a Dios en primer lugar en su vida, invite a un alumno a leer en voz alta la siguiente declaración del presidente Ezra Taft Benson:
“Los hombres y mujeres que se dedican a obedecer la voluntad de Dios descubren que Él puede hacer de sus vidas mucho más de lo que ellos harían; Él les hace más profundo el gozo, les expande la visión, les vivifica el entendimiento, les fortalece los músculos, les eleva el espíritu, les multiplica las bendiciones, les aumenta las oportunidades, los consuela, les provee amigos y derrama Su paz sobre ellos” (“Lo que podemos darle al Señor”, Liahona, diciembre de 1987, pág. 4).
Invite a los alumnos a reflexionar en cuanto a cómo les ha bendecido poner a Dios en primer lugar en su vida. Considere la posibilidad de invitar a algunos alumnos a compartir sus experiencias con la clase.
Pida a los alumnos que mediten en su progreso en lo que respecta a poner a Dios en primer lugar en su vida. Ínstelos a hacer cualquier cambio que les ayudaría a poner a Dios en primer lugar en su vida.
Para resumir Hageo 2:20–23, explique que el Señor, mediante Hageo, habló de la gran influencia que tendría Zorobabel sobre Judá.
Zacarías 1-2
Zacarías recibe varias visiones en cuanto a Judá, Jerusalén y los últimos días.
Explique que Zacarías profetizó en Jerusalén alrededor del mismo tiempo que Hageo. En un momento cuando los judíos sentían que Dios se había olvidado de ellos y sus pesares, Zacarías, (cuyo nombre significa “Jehová recuerda”) recibió ocho visiones diferentes que restauraron la esperanza y la fe de los judíos sobre el amor que Dios tenía por ellos (véase “Zacarías (Antiguo Testamento)”). Invite a los alumnos a buscar un principio en Zacarías 1–2 que les puede ayudar a tener fe en el amor que Dios siente por ellos.
Invite a un alumno a leer en voz alta Zacarías 1:1–3, y pida a la clase que siga la lectura en silencio para determinar cierta verdad que podría haber fortalecido la fe de los judíos en el amor de Dios.
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¿Cómo repetirías el versículo 3 como un principio usando las palabras si y entonces? (Los alumnos podrían usar otras palabras, pero deben reconocer el siguiente principio: Si nos volvemos al Señor, entones Él se volverá a nosotros).
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¿Cómo nos volvemos al Señor?
Explique que algunas personas pueden tener la idea errónea de que cuando se apartan de Dios al pecar, Él también se aparta de ellos. Invite a un alumno a leer las siguientes palabras del élder Neal A. Maxwell, del Quórum de los Doce Apóstoles, y pida a los alumnos que presten atención a una explicación de la actitud que Dios tiene hacia aquellos que pecan.
“En el angustioso proceso del arrepentimiento, acaso pensemos a veces que Dios nos ha desamparado; la verdad es que nuestro comportamiento nos ha apartado de Él. Por eso, cuando estamos abandonando el mal pero todavía no nos hemos vuelto totalmente hacia Dios, somos muy vulnerables. No obstante, no debemos darnos por vencidos, sino tratar de alcanzar ‘su brazo de misericordia’ que se extiende hacia nosotros ‘todo el día’ (véanse Jacob 5:47; 6:4; 2 Nefi 28:32; Mormón 5:11)” (“El arrepentimiento”, Liahona, enero de 1992, pág. 35).
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¿Por qué podría alguien sentir que Dios se ha apartado de ellos?
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¿Qué enseña el élder Maxwell acerca de los deseos que Dios tiene para las personas que pecan?
Para resumir el resto de Zacarías 1–2, explique que Zacarías profetizó que habría paz en la tierra para que el templo se pudiera reconstruir. También profetizó que en los últimos días, Judá sería recogida en Jerusalén y que el Señor moraría en medio de Su pueblo.