Seminario
Lección 82: 1 Samuel 3


Lección 82

1 Samuel 3

Introducción

De niño, Samuel sirvió en el tabernáculo bajo el sumo sacerdote, Elí. Una noche Samuel recibió una revelación de Jehová en la que se le informó de los juicios que caerían sobre Elí y su casa por su iniquidad. Samuel le mencionó la visión a Elí, y Elí reconoció que Jehová había hablado por medio de Samuel. Cuando Samuel creció, Jehová continuó hablando por medio de él, y el pueblo lo reconoció como un profeta.

Sugerencias para la enseñanza

1 Samuel 3:1–14

Jehová llama a Samuel

Antes de la clase, haga los preparativos necesarios para producir varios sonidos diferentes. (Por ejemplo, podría llevar cosas como una campana, un silbato o bloques de madera para golpearlos juntos). Seleccione algunos sonidos que los alumnos puedan reconocer y otros que quizás no puedan reconocer. (En lugar de prepararse para hacer los sonidos, podría grabar las voces de seis individuos; elija algunas personas cuyas voces los alumnos puedan reconocer y otras cuyas voces no puedan reconocer).

Invite a los alumnos a cerrar los ojos antes de cada sonido (o antes de que se escuche cada una de las voces grabadas). Después de cada sonido, invítelos a tratar de discernir el sonido (o la voz) que creen que escucharon.

Después pregunte a los alumnos por qué reconocieron algunos sonidos (o voces) y no pudieron reconocer otros. Cuando estudien 1 Samuel 3, aliente a los alumnos a buscar principios que les ayuden a comprender la importancia de reconocer la voz del Señor.

Invite a un alumno a leer 1 Samuel 3:1 en voz alta, y pida a los alumnos que sigan la lectura en silencio para averiguar la condición espiritual del pueblo durante la juventud de Samuel.

  • ¿Qué piensas que significa que “la palabra de Jehová era de estima en aquellos días”? (En raras ocasiones se recibían revelaciones de Jehová).

  • ¿Qué nos indica eso acerca de la condición espiritual del pueblo en esa época?

Invite a algunos alumnos a turnarse para leer en voz alta 1 Samuel 3:2–6, y pida a la clase que siga la lectura en silencio para descubrir lo que sucedió en el tabernáculo una noche.

  • ¿Por qué piensan que Samuel no reconoció la voz?

Invite a un alumno a leer 1 Samuel 3:7–10 en voz alta, y pida a la clase que siga la lectura en silencio para descubrir qué ayudó a Samuel a reconocer la voz de Jehová.

  • De acuerdo con el versículo 7, ¿por qué Samuel no reconoció la voz inicialmente?

  • ¿Qué aconsejó Elí a Samuel que hiciera si escuchaba de nuevo la voz?

Invite a un alumno a leer 1 Samuel 3:11–14 en voz alta, y pida a la clase que siga la lectura en silencio para detectar lo que Jehová le dijo a Samuel después de que éste reconoció Su voz. Invítelos a informar lo que encontraron.

  • ¿Por qué piensan ustedes que Jehová le habló a Samuel y no a Elí?

Explique que Jehová no estaba complacido con Elí por permitir que la iniquidad en su casa continuara sin corregirse. Jehová le estaba dando también guía e instrucción a Samuel como preparación para su llamamiento como profeta.

Invite a los alumnos a reflexionar en lo que la experiencia de Samuel enseña sobre aprender a reconocer la voz del Señor. Pídales que anoten un principio que hayan aprendido. Después de darles tiempo suficiente, pida a algunos alumnos que compartan un principio que encontraron. Las respuestas de los alumnos podrían incluir lo siguiente:

Si estamos dispuestos y somos receptivos, podemos aumentar nuestra capacidad de reconocer la voz del Señor.

Los líderes en quienes confiemos y los padres pueden ayudarnos a aprender a reconocer la voz del Señor.

Al incrementar nuestra capacidad de recibir y comprender la revelación personal, seremos capaces de reconocer la voz del Señor más fácilmente y recibir Su guía e instrucción.

Si lo desea, anote esos principios en la pizarra utilizando las propias palabras de los alumnos.

Para ayudar a los alumnos a comprender los principios en la pizarra, pida a cada uno de ellos que lea en silencio una de las siguientes referencias y que busque la respuesta a la pregunta correspondiente: (Si lo desea, escriba las referencias y las preguntas en la pizarra o proporcione a cada alumno una hoja de papel con una de las referencias y la pregunta correspondiente escritas en ella.

1 Nefi 17:45 (¿Qué puede evitar que yo reconozca la voz del Señor?)

Alma 5:57 (¿Cuál es una de las cosas que debo hacer si quiero aprender a reconocer la voz del Señor?)

Doctrina y Convenios 1:38 (¿Quién puede hablar por el Señor?)

Doctrina y Convenios 8:2–3; 11:12–13 (¿Cómo puedo reconocer cuando el Señor me habla por medio del Espíritu?)

Doctrina y Convenios 18:34–36 (¿Cuál es una manera de escuchar la voz del Señor diariamente?)

Tras darles suficiente tiempo, invite a cinco alumnos a leer cada uno en voz alta un bloque de versículos diferente y la pregunta correspondiente y luego a responder la pregunta con sus propias palabras.

Pida a la clase que haga una lista en la pizarra de formas diferentes en las que el Señor puede hablarnos. (Después de mencionar varias formas diferentes, asegúrese de que comprenden que el Señor puede comunicarse con nosotros mediante visiones, palabras, sueños y algunas veces apariciones). En la mayoría de las ocasiones, escuchamos Su voz por medio de Sus profetas, las Escrituras y el Espíritu Santo como impresiones, pensamientos e ideas (véase Juan 16:13–15).

Invite a un alumno a leer en voz alta las siguientes palabras del presidente Boyd K. Packer, del Quórum de los Doce Apóstoles, quién describió una manera en la que el Señor se comunica con nosotros por medio de Su Espíritu:

President Boyd K. Packer

“El Espíritu no atrae nuestra atención por medio de gritos ni de sacudidas bruscas. Por el contrario, nos susurra; nos acaricia tan tiernamente que si nos encontramos demasiado enfrascados en nuestras preocupaciones, quizás no lo percibamos en absoluto…

“En algunas ocasiones tendrá la firmeza necesaria para que le pongamos atención, pero la mayoría de las veces, si no hacemos caso a esa suave impresión, el Espíritu se alejará y esperará hasta que acudamos en su busca y lo escuchemos” (“Lámpara de Jehová”, Liahona, octubre de 1983, pág. 31).

  • ¿Cuáles son algunas preocupaciones que pueden evitar que escuchemos y reconozcamos el suave susurro de la voz del Señor?

Explique que los callados impulsos espirituales quizás no parezcan tan espectaculares como las visiones o las visitas angelicales, pero pueden ser igualmente poderosos e impactantes. El testimonio del Espíritu Santo puede dejar una impresión en el alma más significativa que cualquier otra cosa que veamos u oigamos.

Invite a un alumno a leer en voz alta las siguientes palabras del élder Allan F. Packer, de los Setenta:

Elder Allan F. Packer

“Cuando era un jovencito de secundaria, una de mis pasiones era el fútbol americano; tenía la posición de defensa central. El entrenador hacía trabajar duro al equipo para enseñarnos lo básico. Practicábamos hasta que las técnicas se convertían en algo natural y automático. Durante una jugada contra nuestro más grande rival, tuve una experiencia que me ha ayudado a lo largo de los años. Estábamos en la defensa; yo sabía quién era mi contrincante y al empezar la jugada, él se movió a mi derecha a la línea de ataque. Había mucho ruido de jugadores y espectadores. Yo reaccioné de acuerdo con lo que el entrenador nos había enseñado y seguí a mi oponente hasta la línea, sin saber si él tenía la pelota. Para mi sorpresa, sentí la pelota parcialmente en mis manos; le di un tirón, pero mi oponente no la soltó. Al tirar de la pelota de un lado a otro, entre todo el tumulto, oí una voz que me gritaba: ‘¡Packer, derríbalo!’. Eso fue suficiente para hacerme reaccionar, de modo que lo derribé al instante.

“Me he preguntado cómo escuché esa voz entre toda la bulla. Durante las prácticas me había familiarizado con la voz del entrenador, y había aprendido a confiar en ella. Sabía que lo que él enseñaba daba resultado.

“Tenemos que familiarizarnos con las impresiones del Espíritu Santo y necesitamos practicar y aplicar las enseñanzas del Evangelio hasta que se conviertan en algo natural y automático. Esas impresiones llegan a ser el cimiento de nuestro testimonio…” (“Cómo hallar fortaleza en tiempos difíciles”, Liahona, mayo de 2009, pág. 17).

  • ¿Cómo pudo el élder Packer saber que tenía que derribar al jugador?

  • ¿Qué aprendemos de la experiencia del élder Packer acerca de aprender a reconocer la voz del Señor?

Pida a los alumnos que mediten en una experiencia que hayan tenido cuando reconocieron la voz del Señor y siguieron Su guía. Considere invitar a uno o dos alumnos a compartir sus experiencias con la clase. (Adviértales que se cuiden de compartir experiencias que sean demasiado personales o sagradas).

Invite a los alumnos a anotar en su cuaderno de apuntes o diario de estudio de las Escrituras lo que sienten que deben hacer para familiarizarse más con la voz del Señor.

Si lo desea, comparta una experiencia que haya tenido cuando reconoció la voz del Señor.

1 Samuel 3:15–18

Samuel le relata su experiencia a Elí

Pregunte a los alumnos si alguna vez han tenido que dar noticias difíciles o dolorosas a otra persona.

Invite a los alumnos a leer 1 Samuel 3:15–18 en silencio para averiguar lo que Samuel le dijo a Elí. Explique que Elí quería que Samuel le contara todo lo que Jehová había dicho.

  • ¿Por qué piensan que debe haber sido difícil para Samuel contarle a Elí lo que Jehová le había dicho? (Si es necesario, invite a los alumnos a repasar los versículos 12–14).

  • ¿Qué puede enseñarnos sobre Samuel su decisión de contárselo a Elí?

1 Samuel 3:19–21

El pueblo reconoce a Samuel como un profeta

(Advertencia: Si usted usa la siguiente actividad, explique a varios alumnos antes de la clase lo que planea hacer y pida su ayuda). Pida a varios alumnos que le presten algunos objetos irrompibles que tengan algún valor para ellos, tales como carteras, libros de texto u otros objetos personales. Cada vez que uno de esos alumnos le dé un objeto, tírelo al suelo como si no le importara y no tuviera ningún valor para usted.

  • ¿Qué mensaje les transmite si tiro al suelo algo que ustedes valoran?

Invite a un alumno a leer 1 Samuel 3:18–21 en voz alta, y pida a la clase que siga la lectura en silencio para buscar frases que revelen que Jehová apoyaba a Samuel como profeta. (Si es necesario, explique que Dan era un lugar en el extremo norte de los límites de Israel, y Beerseba estaba en el extremo sur. Así, la frase “desde Dan hasta Beerseba” era una forma de decir “todo el país”).

  • ¿Qué piensan que significa que “Jehová… no dejó caer a tierra ninguna de [las] palabras [de Samuel]” (versículo 19)? (Todas las profecías de Samuel se cumplieron, lo que mostró al pueblo que sus palabras venían de Jehová).

El Señor también sostiene las palabras de los profetas de nuestros días (véase D. y C. 1:37–38) y las de los líderes locales del sacerdocio y los padres. Invite a los alumnos a considerar cómo tratan las palabras de los siervos del Señor.

Para concluir, invite a los alumnos a hacer un mayor esfuerzo por estudiar y seguir las palabras de los profetas del Señor.

Comentarios e información de contexto

1 Samuel 3:1. “La palabra de Jehová era de estima en aquellos días”

“La frase era de estima, como se usa [en 1 Samuel 3:1], significa ‘escaseaba’. La palabra de Dios raramente se oía en toda la tierra” (véase Antiguo Testamento, manual para el alumno: Génesis–2 Samuel, Religión 301, 3ra. ed., manual del Sistema Educativo de la Iglesia, 2003, pág.254).

El presidente Harold B. Lee dijo: “El relato comienza con una declaración significativa. ‘Y el joven Samuel servía a Jehová delante de Elí; Y la palabra de Jehová era de estima en aquellos días, y no había visión manifiesta’ (1 Samuel 3:1)… Eso significa que no había profeta en la tierra mediante el cual el Señor pudiera revelar Su voluntad, ya sea por experiencia personal o por revelación” (“‘But Arise and Stand upon Thy Feet’—and I Will Speak with Thee”, Brigham Young University Speeches of the Year, 7 de febrero de 1956, pág. 2).

1 Samuel 3:19. “Y Jehová estaba con él y no dejó caer a tierra ninguna de sus palabras”

El élder Robert D. Hales, del Quórum de los Doce Apóstoles, aplicó 1 Samuel 3:19 a la juventud de nuestros días:

“Samuel ponía atención a todas las palabras de Jehová. Ahora, como profeta, Samuel hablaba por Dios. Los versículos vecinos indican que Jehová no deja que las palabras de Samuel cayeran a tierra, porque son las palabras de Él. Pronto todo Israel sabe que Dios ha establecido a Samuel como Su profeta (1 Samuel 3:20).

“Ustedes, como juventud de Sión, han recibido sabio consejo de profetas, padres y líderes locales del sacerdocio. ¿Dan cuidadosa atención a ese consejo, o lo dejan caer a tierra porque no lo comprenden o piensan que no es importante o que no se aplica a ustedes? Lo que el Señor dijo en 1831 se aplica a la juventud de hoy cuando se trata de Para la Fortaleza de la Juventud y otros consejos proféticos que se les han dado: ‘Se os dan estas palabras y son puras ante mí; por tanto, tened cuidado de cómo las consideráis’ (D. y C. 41:12)” (Return: Four Phases of Our Mortal Journey Home, 2010, pág. 128).