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Lección 10: Moisés 4 (Génesis 3)


Lección 10

Moisés 4 (Génesis 3)

Introducción

Moisés 4 contribuye a explicar cómo Lucifer llegó a ser Satanás. También contiene la descripción que el Señor hace de la caída de Adán y Eva y sus consecuencias. Moisés 4 es la Traducción de José Smith de Génesis 3.

Sugerencias para la enseñanza

Moisés 4:1–4

El Señor revela cómo Lucifer llegó a ser Satanás

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Muestre un abrigo o dibuje uno en la pizarra.

  • ¿Por qué habría de llevar alguien un abrigo aunque no hiciera frío ni lloviese?

Indique que llevar un abrigo es una solución al posible problema de que haga frío o llueva. (Para adaptar la actividad, podría mostrar varios objetos que ofrezcan soluciones a posibles problemas.) Escriba en la pizarra los siguientes encabezamientos:

Las condiciones que experimentamos La solución preparada de antemano

  • ¿Cuáles son otros ejemplos de soluciones que pueden prepararse de antemano antes de que ocurra alguna condición en particular?

Explique que mientras los alumnos estudien Moisés 4, aprenderán sobre algunas de las condiciones difíciles que experimentarán en la vida. También aprenderán sobre la solución que nuestro Padre Celestial preparó de antemano para ayudarlos a superar esas dificultades.

Recuerde a los alumnos que en la vida preterrenal, antes de que naciéramos en la tierra, aprendimos sobre el plan de felicidad del Padre Celestial y que haría falta un Salvador para llevar a cabo dicho plan. Lucifer, uno de los hijos de nuestro Padre Celestial procreados en espíritu, se rebeló contra el plan del Padre Celestial. Generalmente se le conoce como Satanás.

Invite a un alumno a leer Moisés 4:1 en voz alta, y pida a la clase que siga la lectura en silencio para determinar qué le exigía Satanás al Padre Celestial.

  • ¿Qué le exigió Satanás al Padre Celestial?

Destaque el uso de las expresiones en primera persona que Satanás hace, como seré, redimiré, haré y heme aquí, envíame y dame, que figuran en el versículo 1. Si lo desea, invite a los alumnos a marcar dichas palabras.

  • ¿Qué nos enseñan sobre Satanás las expresiones en primera persona como seré, redimiré, haré y heme aquí, envíame y dame que utiliza en el versículo 1?

Pida a un alumno que lea Moisés 4:2 en voz alta, e invite a la clase a averiguar lo que Jesucristo le dijo al Padre Celestial.

  • ¿En qué se diferencian las palabras de Jesucristo del versículo 2 y las de Satanás del versículo 1?

  • Según el versículo 2, ¿qué dijo el Padre Celestial sobre Jesucristo? (Era el Escogido desde el principio.)

  • ¿Para qué obra se escogió a Jesucristo? (Una vez que los alumnos respondan, escriba la siguiente doctrina en la pizarra, debajo del encabezado “La solución preparada de antemano”: Jesucristo fue escogido en la vida preterrenal para ser el Redentor del género humano.)

Pida a un alumno que lea Moisés 4:3–4 en voz alta, e invite a la clase que siga la lectura en silencio para averiguar lo que esos versículos nos enseñan sobre Satanás.

  • Según el versículo 3, ¿cuáles son las dos cosas que hizo Satanás que ocasionaron que se lo expulsara del cielo?

  • Según el versículo 4, ¿de qué manera procura Satanás lograr control sobre nosotros? (Aunque los alumnos utilicen otras palabras, deben reconocer la siguiente verdad: Satanás procura engañarnos y cegarnos a fin de llevarnos cautivos según la voluntad de él.. Escriba esa verdad en la pizarra, debajo de “Las condiciones que experimentamos”.)

Moisés 4:5–12

Eva y Adán comen del fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal

Para resumir Moisés 4:5–11, explique que el Señor se refirió a Satanás simbólicamente como una serpiente y enseñó que éste “procuraba destruir el mundo” al tentar a Adán y a Eva en el Jardín de Edén (versículo 6).

Pida a un alumno que lea Moisés 3:16–17 en voz alta, e invite a la clase a seguir la lectura en silencio para conocer cuál fue la elección que se dio a Adán y a Eva en el Jardín de Edén.

  • Según Moisés 3:17, ¿qué sucedería si Adán y Eva decidían comer del fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal?

  • ¿Qué sucedería si Adán y Eva eligieran no comer del fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal? (Permanecerían en el Jardín de Edén para siempre. Véase 2 Nefi 2:22.)

Recuerde a los alumnos que antes que el Señor explicara las elecciones que tenían Adán y Eva sobre las que leemos en Moisés 3:16–17, les dio un mandamiento muy importante.

  • ¿Cuál fue el primer mandamiento que el Señor dio a Adán y a Eva? (Tener hijos [véase Moisés 2:28].)

Para ayudar a los alumnos a comprender la importancia de ese mandamiento, invite a uno de ellos a leer en voz alta la siguiente declaración del élder Dallin H. Oaks, del Quórum de los Doce Apóstoles:

Elder Dallin H. Oaks

“El Señor dijo al primer hombre y a la primera mujer que hubo sobre la tierra: ‘Fructificad y multiplicaos’ (Moisés 2:28; véanse también Génesis 1:28; Abraham 4:28). Ese mandamiento era el primero en cuanto al orden y en cuanto a la importancia; era esencial que los hijos de Dios procreados en espíritu nacieran en la carne y tuvieran la oportunidad de progresar hacia la vida eterna” (véase “El gran plan de salvación”,Liahona, enero de 1994, págs. 84–85).

  • ¿Por qué era tan importante el mandamiento de tener hijos?

  • ¿Qué decisión debían tomar Adán y Eva a fin de obedecer el mandamiento del Señor de tener hijos? (Adán y Eva tenían que escoger comer del fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal. Véase 2 Nefi 2:22–23.)

Invite a un alumno a leer Moisés 4:12 en voz alta, y pida a la clase que siga la lectura en silencio para averiguar lo que Adán y Eva decidieron hacer.

Explique que a la consecuencia de la decisión de Adán y Eva de comer el fruto prohibido la llamamos “la Caída”.

Moisés 4:13–32

Adán y Eva aprenden de las consecuencias de la Caída

Organice a los alumnos para que trabajen en grupos de dos. Invítelos a leer Moisés 4:13–14, 22–25 para conocer cuáles fueron las consecuencias de la caída de Adán y Eva. Si lo desea, sugiera a los alumnos que marquen en las Escrituras las consecuencias que logren reconocer.

  • ¿Cuáles fueron algunas de las consecuencias de la Caída?

  • ¿Qué doctrina aprendemos de la frase “de cierto morirás”, en el versículo 25? (Aunque los alumnos utilicen otras palabras, deben reconocer algo semejante a la siguiente doctrina: Debido a la Caída, todo el género humano sufrirá la muerte física. Escriba esa doctrina en la pizarra, debajo de “Las condiciones que experimentamos”.)

Indique que a causa de que nuestro cuerpo es mortal —es decir, está sujeto a la muerte física— antes de morir experimentamos otras consecuencias de la Caída, como las imperfecciones y el dolor físicos. Añada imperfecciones físicas y dolor en la pizarra, debajo de “Las condiciones que experimentamos”.

  • ¿Qué otras consecuencias de la Caída experimentamos debido a la condición mortal de nuestro cuerpo? (Escriba las respuestas de los alumnos en la pizarra, debajo de “Las condiciones que experimentamos”.) Entre ellas, podrían mencionarse lesiones, enfermedades y afecciones.)

Si lo desea, indique algunas otras consecuencias de la Caída. Si Adán y Eva no hubieran comido del fruto, no hubiesen tenido la oportunidad de tener hijos en la vida terrenal. Por consiguiente, no habríamos podido venir a la tierra para recibir un cuerpo físico, ser probados y prepararnos para la vida eterna; frustrando así el Plan de Salvación.

Explique que en el Jardín de Edén había otro árbol importante llamado el árbol de la vida. Invite a un alumno a leer Moisés 4:28 en voz alta, y pida a la clase que siga la lectura en silencio, para averiguar lo que el Señor dijo que sucedería si Adán y Eva comiesen del fruto del árbol de la vida después de haber comido del fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal.

  • ¿Qué habría sucedido si Adán y Eva hubiesen comido del fruto del árbol de la vida tras haber comido del fruto prohibido? (Habrían vivido para siempre en sus transgresiones, sin la oportunidad de arrepentirse y progresar.)

Si lo desea, aclare que “si Adán [y Eva hubiesen] vivido para siempre… sin tener un tiempo para arrepentirse… se habría frustrado el gran plan de salvación” (Alma 42:5).

Invite a un alumno a leer Moisés 4:29–31 en voz alta, y pida a la clase que siga la lectura en silencio para determinar lo que el Señor hizo a fin de evitar que Adán y Eva comieran el fruto del árbol de la vida. Dígales que den un informe de lo que encuentren. Tal vez sea necesario que explique que la palabra querubines se refiere a “figuras que representan seres celestiales, cuya forma exacta se desconoce” (Guía para el Estudio de las Escrituras “Querubines”).

Mencione que cuando Adán y Eva fueron expulsados del Jardín de Edén, ya no se hallaron más en la presencia de Dios (véase Moisés 5:4).

  • ¿Cómo llamamos la condición de estar separados de la presencia de Dios? (La muerte espiritual.)

  • ¿Qué doctrina concerniente a la Caída aprendemos en los versículos 29 y 31? (Después que respondan los alumnos, escriba la siguiente doctrina en la pizarra, debajo de “Las condiciones que experimentamos”: Debido a la Caída, todo el género humano experimentará la muerte espiritual.)

Para ayudar a los alumnos a entender esa doctrina sobre la muerte espiritual, invite a un alumno a leer en voz alta la siguiente declaración del élder Earl C. Tingey, de los Setenta:

Elder Earl C. Tingey

“En la actualidad, todos estamos en un estado de muerte espiritual; nos encontramos separados de Dios. Él mora en el cielo; nosotros vivimos en la tierra. Queremos regresar a Él” (“El gran plan de felicidad”, Liahona, mayo de 2006, pág. 73).

Si lo desea, invite a los alumnos a escribir en el cuaderno de apuntes o en el diario de estudio de las Escrituras una o dos formas en que personalmente hayan experimentado las consecuencias de la Caída. Para ayudarlos a empezar, podría sugerirles que describan la muerte de algún ser querido, la lucha contra alguna enfermedad o cómo se siente estar separados del Padre Celestial.

Si lo desea, invite a uno o dos alumnos a compartir con la clase lo que hayan escrito. Tal vez sea necesario que les explique a los alumnos que no deben compartir experiencias que sean demasiado personales ni privadas.

  • ¿Cuál fue la solución que el Padre Celestial preparó de antemano para ayudarnos a vencer la muerte física y la espiritual?

Señale la doctrina que escribió en la pizarra al comienzo de la clase: Jesucristo fue escogido en la vida vida preterrenal para ser el Redentor del género humano. Pregunte si alguno de los alumnos desea testificar sobre esa doctrina y sobre por qué es importante para él. Si lo desea, comparta usted también sus sentimientos tocante a dicha doctrina.

Explique que en la siguiente lección los alumnos aprenderán más en cuanto al plan de redención que el Padre Celestial ha preparado mediante Su Hijo, Jesucristo.

Comentarios e información de contexto

Moisés 4. La decisión de Adán y Eva de comer el fruto prohibido

El presidente Joseph Fielding Smith resumió del siguiente modo las opciones que se presentaron a Adán y a Eva en el Jardín de Edén:

“El Señor le dijo a Adán: Aquí tienes el árbol de la ciencia del bien y del mal. Si deseas permanecer aquí, no puedes comer de ese fruto. Si deseas permanecer aquí, yo prohíbo que lo comas. No obstante, puedes actuar por ti mismo y puedes comer de él, si lo deseas; y si lo comes, morirás” (“Fall—Atonement—Resurrection—Sacrament” [discurso pronunciado en un Instituto de Religión SUD, Salt Lake City, Utah, 14 de enero de 1961]).

El Señor dijo: “Podrás escoger según tu voluntad” (Moisés 3:17), manifestando que la Caída debía ocurrir como resultado de la elección humana.

El élder Jeffrey R. Holland, del Quórum de los Doce Apóstoles, enseñó:

“Elohim [nuestro Padre Celestial] ciertamente no podía sacar por la fuerza a personas inocentes del jardín y seguir siendo un Dios justo…

“Adán y Eva —y nosotros— absolvimos a Dios de manera deliberada y amorosa de la responsabilidad de los ‘espinos y cardos’ del mundo caído que escogimos personalmente, y que Él no nos impuso caprichosamente” (Christ and the New Covenant: The Messianic Message of the Book of Mormon, 1997, págs. 203, 204).

El élder Dallin H. Oaks, del Quórum de los Doce Apóstoles, explicó:

“Por motivos que no se nos han revelado, esa transición o ‘caída’ no podía tener lugar sin que ocurriera una transgresión, o sea, el ejercicio del albedrío moral llevado hasta el punto de violar una ley (véase Moisés 6:59). Se trataba de una ofensa ‘planeada’, de una formalidad que serviría un propósito eterno…

“Eva fue quien traspasó los límites establecidos en el Edén a fin de iniciar las condiciones de la vida terrenal; su acción, fuera la que fuera, fue oficialmente una transgresión, pero en la perspectiva eterna fue un glorioso requisito para abrirnos los portales hacia la vida eterna. Adán demostró sabiduría haciendo lo mismo. y así fue que Eva con ‘Adán cayó para que los hombres existiesen’ (2 Nefi 2:25).

“Hay cristianos que la condenan por su acción, dando por sentado que ella y todas sus hijas han quedado un tanto manchadas por lo que hizo. Los Santos de los Últimos Días no pensamos así. Con el conocimiento que nos da la revelación, celebramos el acto de Eva y honramos la sabiduría y el valor que demostró en ese gran episodio que llamamos la Caída” (“El gran plan de salvación”, Liahona, enero de 1994, pág. 85). José Smith enseñó que no se había tratado de un ‘pecado’, puesto que Dios lo había decretado (véase The Words of Joseph Smith, editado por Andrew F. Ehat y Lyndon W. Cook, Provo, Utah: Religious Studies Center, Universidad Brigham Young, 1980, pág. 63). Brigham Young declaró: ‘No debemos jamás culpar a Eva, en lo más mínimo’ (en Journal of Discourses, tomo XIII, pág. 145). El élder Joseph Fielding Smith dijo: ‘Cuando me refiero a la parte que le correspondió a Eva en la Caída, nunca la califico de pecado, ni tampoco acuso de pecado a Adán… Esta fue una transgresión de la ley, pero no un pecado… porque era algo que Adán y Eva tenían que hacer’ (Joseph Fielding Smith, Doctrina de Salvación, comp. por R. Bruce. McConkie, 3 tomos, 1978, tomo I, pág. 109)” (“El gran plan de salvación”, Liahona, enero de 1994, pág. 85).

El élder Orson F. Whitney, del Quórum de los Doce Apóstoles, enseñó:

“La Caída tuvo una dirección bipartita; hacia abajo, pero también hacia adelante. Trajo al hombre al mundo y lo colocó en la senda de su progreso” (Cowley and Whitney on Doctrine, comp. por Forace Green, 1963, pág. 287).

El élder Bruce R. McConkie, del Quórum de los Doce Apóstoles, explicó que no existía la muerte en la tierra antes de la caída de Adán y Eva:

“La mortalidad, la procreación y la muerte tuvieron su origen con la Caída…

“Un Creador infinito, un día de antaño, formó la tierra, el hombre y todas las cosas vivientes en una condición tal que pudieran caer. Esa caída suponía un cambio de estado. Todas las cosas fueron creadas de tal manera que pudiesen caer o cambiar…

“En la primigenia época del Jardín de Edén, toda forma de vida existía en un estado más sublime y diferente del que actualmente prevalece … La muerte y la procreación aún tenían que presentarse en la tierra” (véase “Cristo y la Creación”, Liahona, septiembre de 1983, pág. 24).

Moisés 4:4. “Y llegó a ser Satanás”

Satanás quiere decir “calumniador” . “La palabra diablo en la Biblia se utiliza para representar varias palabras diferentes en griego (calumniador, demonio y adversario) y en hebreo (destructor)” (Bible Dictionary, “Devil”).

Antes de su rebelión, Satanás era llamado “Lucifer, un hijo de la mañana” (D. y C. 76:26) y fue “un ángel de Dios que tenía autoridad delante de Dios” (D. y C. 76:25). En la vida preterrenal, Lucifer procuró la primogenitura de Jesucristo, que es el Primogénito del Padre (véanse D. y C. 76:25; 93:21) a sabiendas de que Jesús sería el heredero del trono de Dios, el Eterno Padre. Justificaba merecer la posición del Primogénito basándose en su afirmación de que él no perdería a ninguno de los hijos de Dios procreados en espíritu (véase Moisés 4:1–3). La propuesta de Lucifer de redimir a todo el género humano no era inocente ni desinteresada, sino más bien un acto de rebelión contra Dios mediante el cual Lucifer intentaba ganarse discípulos (véase D. y C. 29:36–37).

El profeta José Smith enseñó lo siguiente:

“La contienda en los cielos fue provocada porque Jesús dijo que ciertas almas no podrían ser salvas, y el diablo dijo que salvaría a todos; y presentó sus planes ante el gran concilio, el cual votó a favor de Jesucristo. El diablo entonces se levantó en rebeldía contra Dios, y fue expulsado con todos aquellos que lo apoyaron” (Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: José Smith, 2007, pág. 220).

El élder Dallin H. Oaks, del Quórum de los Doce Apóstoles, explicó:

“El plan del padre… ofrecía una verdadera oportunidad para que sus hijos procreados en espíritu lograran lo que Él deseaba para ellos: la inmortalidad y la vida eterna…

“En la modificación que propuso, Lucifer [sólo] simulaba procurar el mismo fin. [A diferencia de Jesucristo (el Hijo Amado premortal que procuraba ampliar la obra y la gloria del Padre), Lucifer quería obtener el poder del Padre para él]” (The Lord’s Way, 1991, pág. VIII; el texto entre paréntesis se ha tomado de la nota al pie de la página citada).

El élder Jeffrey R. Holland, del Quórum de los Doce Apóstoles, ha analizado dos verdades sobre Satanás que es importante que recordemos:

“Número uno: Satanás, o Lucifer o el padre de las mentiras —llámenlo como lo llamen— es real y es la personificación misma del mal. Sus motivos, en todos los casos, son maliciosos, y se estremece ante la aparición de la luz redentora, ante el pensamiento mismo de la verdad. Número dos: Se opone eternamente al amor de Dios, a la expiación de Jesucristo y a la obra de paz y de salvación. Luchará en contra de ellos en toda ocasión y lugar que le sea posible. Sabe que al final será derrotado y expulsado, pero está decidido a arrastrar con él a cuantos le sea posible” (“Somos los soldados”, Liahona, noviembre de 2011, pág. 44).

Moisés 4:9. “No comeréis de él, ni lo tocaréis, no sea que muráis”

El Señor no ha revelado la naturaleza del fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal, ni ha explicado en detalle los procesos específicos que ocasionaron que Adán y Eva llegasen a ser mortales.