Seminario
Lección 135: Jeremías 30–33


Lección 135

Jeremías 30–33

Introducción

Jehová le reveló a Jeremías que Él congregaría a la casa de Israel y haría un nuevo convenio con ellos. Mandó a Jeremías que adquiriera propiedades en la tierra prometida para simbolizar el retorno de los esparcidos de Israel.

Sugerencias para la enseñanza

Jeremías 30–31

En los últimos días, la casa de Israel será congregada y entrará en un nuevo y sempiterno convenio con el Señor.

Pregunte a los alumnos si prefieren que las historias tengan un final triste o feliz.

  • ¿Se han preguntado alguna vez si su vida tendrá un final triste o feliz?

  • ¿Cuál sería un final feliz para su vida? ¿Y un final triste?

Explique que Jehová envió al profeta Jeremías a llamar a Judá al arrepentimiento justo antes de que Babilonia conquistara Jerusalén y llevara a muchos de los judíos a Babilonia. Por esa razón sus advertencias y profecías tienen a menudo un tono de calamidad inminente. No obstante, Jeremías también sabía lo que el futuro les deparaba a los judíos. Invite a un alumno a leer Jeremías 31:17 en voz alta, y pida a los alumnos que sigan la lectura en silencio para saber cuál dijo Jeremías que sería el final de los judíos en esos días.

  • ¿Qué significa la expresión “Esperanza… hay para tu porvenir”? (Significa que hay esperanza para ellos en el futuro).

Invite a los alumnos a buscar verdades en Jeremías 30–31 que les ayuden a tener esperanza en su propio futuro, aunque experimenten dificultades o pesadumbre.

Explique que cuando los israelitas guardaban sus convenios, Jehová los bendecía de muchas maneras, incluso les dio una tierra prometida. Sin embargo, cuando rompían sus convenios, Jehová retiraba esas bendiciones, y el pueblo quedaba apartado de la tierra prometida o dispersado.

Invite a un alumno a leer Jeremías 30:12 en voz alta utilizando la Traducción de José Smith que aparece en la nota a al pie de página.

  • ¿Qué revela la Traducción de José Smith de ese versículo acerca de la condición de Israel? (Aunque la condición de decadencia espiritual y esclavitud física de Israel sea penosa y complicada, no es incurable y hay esperanza).

Anote los siguientes versículos en la pizarra: Jeremías 30:3, 7, 8, 10, 17; 31:3, 8, 9, 13. Agrupe a los alumnos de dos en dos e invítelos a turnarse para leer esos versículos en voz alta con su compañero y determinar qué haría Jehová que daría a los israelitas esperanza en su futuro.

  • ¿Qué haría Jehová por los esparcidos de Israel? (Los congregaría de regreso en sus tierras de promisión).

  • ¿Creen que la congregación en un determinado lugar geográfico es todo lo que los judíos necesitarían para ser sanados de sus heridas espirituales? ¿Por qué o por qué no?

Explique que aunque Jeremías hizo referencia al recogimiento físico en la tierra prometida después del exilio de los judíos en Babilonia, hay otro aspecto del recogimiento que es más importante todavía. Invite a un alumno a leer Jeremías 31:31–34 en voz alta, y pida a la clase que siga la lectura en silencio para descubrir lo que haría Jehová como parte del recogimiento de Israel.

  • De acuerdo con el versículo 31, ¿qué dijo Jehová que haría con la casa de Israel? (Un nuevo convenio con ellos).

Explique que la palabra nuevo en ese contexto significa que el convenio de Dios —la plenitud del Evangelio— se le volvería a revelar a la casa de Israel. Aunque en el pasado Jehová había establecido Su convenio con los padres de ellos, los patriarcas, algunos aspectos de ese convenio se habían perdido con el paso del tiempo, como el Sacerdocio de Melquisedec, la ley mayor y la plenitud de las ordenanzas del templo. Jeremías predijo el día en que la casa de Israel aceptaría por fin el nuevo y sempiterno convenio de Dios (véase José Smith en History of the Church, tomo I, págs. 313–314).

  • De acuerdo con el versículo 33, ¿en qué tipo de relación entrará la casa de Israel cuando acepte el nuevo y sempiterno convenio de Dios? (Jehová será su Dios y ellos serán Su pueblo).

Explique que en la antigüedad, los israelitas tuvieron dificultades para guardar el convenio de Dios y vivir Sus leyes con todo su corazón. Invite a los alumnos a volver a leer el versículo 33 en busca de palabras o expresiones que describan qué habría ayudado a Israel a vivir las leyes de Dios.

  • ¿Qué creen que significa tener la ley de Dios “en [nuestra] mente” y escrita en nuestro corazón (versículo 33)?

Explique que cuando la ley de Dios está escrita en nuestro corazón, deseamos vivir el Evangelio con todo el corazón y estamos verdaderamente convertidos. Obedecemos a Dios porque lo amamos, en lugar de hacerlo por motivos externos, como querer que los demás crean que somos justos.

  • De acuerdo con el versículo 34, ¿cuál es el resultado de vivir el Evangelio con todo el corazón? (Cuando los alumnos respondan, anote el siguiente principio en la pizarra: Si guardamos nuestros convenios y vivimos el Evangelio con todo el corazón, llegaremos a conocer a Dios).

  • ¿En qué forma el vivir el evangelio de Jesucristo les ha ayudado a llegar a conocerlo a Él mejor?

Para ayudar a los alumnos a comprender ese principio, invite a un alumno a leer en voz alta las siguientes palabras del élder Russell M. Nelson, del Quórum de los Doce Apóstoles. Pida a la clase que escuche lo que el élder Nelson enseñó acerca de vivir el Evangelio y guardar nuestros convenios.

Elder Russell M. Nelson

“Al reconocer que somos hijos del convenio, sabemos quiénes somos y lo que Dios espera de nosotros; Su ley se escribe en nuestros corazones; Él es nuestro Dios y nosotros somos Su pueblo. Los consagrados hijos del convenio permanecen firmes, aun en medio de la adversidad…

“El mayor cumplido que uno puede recibir aquí en esta vida es que se le considere alguien que guarda sus convenios. Las recompensas para quien guarde sus convenios vendrán tanto aquí como en la vida venidera” (“Convenios”, Liahona, noviembre de 2011, pág. 88).

  • Según el élder Nelson, ¿qué hacen en medio de la adversidad las personas que han concertado un convenio con Dios? (Permanecen firmes).

  • ¿En qué forma se relacionan las recompensas de guardar los convenios con el futuro de ustedes y con el hecho de tener un final triste o feliz?

Pida a los alumnos que piensen cómo pueden guardar mejor sus convenios y vivir el Evangelio con todo el corazón. Invítelos a hacer las correcciones o ajustes que les ayuden a vivir el Evangelio de esa manera.

Jeremías 32–33

Jeremías adquiere propiedades en la tierra prometida para simbolizar el retorno de los esparcidos de Israel

Pida a los alumnos que piensen si alguna vez han dicho: “Esto es demasiado difícil”. Considere la posibilidad de invitar a algunos alumnos a compartir por qué se sintieron así.

Pida a los alumnos que busquen en Jeremías 32–33 un principio que los ayude si alguna vez se sienten desanimados.

Para resumir Jeremías 32:1–15, explique que el rey Sedequías mandó a Jeremías a la prisión por haber profetizado que el rey sería llevado cautivo y que Jerusalén sería conquistada por el rey de Babilonia. Mientras Jeremías estaba en prisión, su primo vino a él y le pidió que comprara propiedades en el país natal de sus antepasados, que estaba cerca de Jerusalén. Jehová le reveló a Jeremías que la compra de esa tierra era un testimonio simbólico de que algún día los judíos regresarían de su cautividad y poseerían la tierra prometida una vez más (véase Jeremías 32:15, 43–44).

Para resumir Jeremías 32:16–44, explique que tal y como se registra en los versículos 16–25, Jeremías oró a Dios y relató muchos de los milagros que Él había llevado a cabo cuando les dio la tierra prometida a los hijos de Israel. Los versículos 26–44 contienen la respuesta de Jehová a su oración. Invite a los alumnos a leer en silencio Jeremías 32:17, 27 y a comparar la manera en que Jeremías comenzó su oración con la manera en que Jehová dio comienzo a Su respuesta. Si lo desea, sugiera a los alumnos que marquen lo que encuentren.

  • ¿Qué consuelo pudo haber sido para Jeremías el hecho de recibir la confirmación de que no hay nada que sea demasiado difícil para Jehová? (Ayude a los alumnos a entender que Jeremías probablemente no sabía lo que haría Jehová para restaurar a los judíos a la tierra de su herencia; pero como había obtenido un testimonio de que no hay nada demasiado difícil para Jehová, supo que así sería).

Señale que hoy en día hay personas que se sienten perdidas espiritualmente y creen que sería demasiado difícil para ellas regresar alguna vez al Padre Celestial y tener un final feliz.

Escriba la siguiente frase en la pizarra: No importa lo que hayamos hecho o cuán perdidos nos sintamos, el Señor puede…

Explique que Jehová describió lo que haría por Israel. Divida la clase en dos grupos y pida a un grupo que lea Jeremías 32:37–42 y al otro grupo que lea Jeremías 33:6–8. Invítelos a buscar expresiones que describan lo que Jehová haría por los esparcidos de Israel. (Tal vez tenga que explicar que la frase “haré volver a los cautivos de Judá y a los cautivos de Israel” [Jeremías 33:7] significa que Dios congregará a la casa de Israel).

Después de darles suficiente tiempo, invite a los alumnos a escribir en la pizarra las expresiones que hayan encontrado, junto con los versículos en los que aparecen. Algunas frases podrían ser:

“los recogeré” (Jeremías 32:37)

“los haré habitar seguros” (Jeremías 32:37)

“traeré sobre ellos todo el bien que les he prometido” (Jeremías 32:42)

“los curaré” (Jeremías 33:6)

Volver a edificarlos (véase Jeremías 33:7)

“los limpiaré de toda su iniquidad” (Jeremías 33:8)

“perdonaré todas sus iniquidades” (Jeremías 33:8)

Invite a los alumnos a elegir una o dos de esas expresiones y a utilizarlas para completar con sus propias palabras la frase incompleta que está en la pizarra. Por ejemplo, ellos podrían adaptar la expresión “los curaré” para escribir la siguiente verdad: No importa lo que hayamos hecho o cuán perdidos nos sintamos, el Señor puede curarnos. O podrían adaptar la expresión “los limpiaré de toda su iniquidad” para escribir la siguiente verdad: No importa lo que hayamos hecho, el Señor puede limpiarnos. Sugiera a los alumnos que escriban esas afirmaciones en su cuaderno de apuntes o en su diario de estudio de las Escrituras. Invite a algunos alumnos a compartir con la clase por qué la verdad que anotaron es significativa para ellos, siempre que sus sentimientos no sean demasiado personales.

Señale que las frases de la pizarra describen lo que el Señor puede hacer por cada uno de nosotros.

  • ¿Qué debemos hacer a fin de que Jesucristo haga esas cosas por nosotros? (Ayude a los alumnos a entender que el Salvador puede hacer esas cosas por nosotros si nos arrepentimos y venimos a Él al vivir Su evangelio).

Pida a los alumnos que mediten en cómo podrían arrepentirse o vivir el evangelio de Jesucristo más plenamente. Invítelos a actuar de acuerdo con las impresiones que reciban, a fin de que el Salvador les dé esperanza en su futuro y los ayude a ser felices. Considere la posibilidad de compartir su testimonio acerca del deseo y de la capacidad del Salvador para reconstruirnos, limpiarnos, sanarnos y perdonarnos.

Para concluir, lea Jeremías 33:10–11, 14 en voz alta, e invite a los alumnos a seguir la lectura en silencio y a buscar palabras y expresiones que confirmen cómo terminará la historia de la casa de Israel. Si lo desea, comparta su testimonio de los principios que se analizaron en esta lección.

Comentarios e información de contexto

Jeremías 30:7–12. El Señor congregará a Judá e Israel en los últimos días

El élder Bruce R. McConkie, del Quórum de los Doce Apóstoles, explicó que en el recogimiento de Israel hay tanto un componente físico (la reunión en determinado lugar geográfico) como un componente espiritual. Ese componente espiritual incluye el hecho de hacer convenios con Dios y vivir Su evangelio.

“¿Por qué fue esparcido Israel?… Fueron esparcidos porque dieron la espalda al Señor, adoraron dioses falsos e imitaron todas las obras de las naciones paganas. Fueron esparcidos porque abandonaron el convenio de Abraham, hollaron bajo sus pies las santas ordenanzas y rechazaron al Señor Jehová, que es el Señor Jesucristo, de quien todos los profetas testificaron. Israel fue esparcido por causa de su apostasía…

“Por tanto, ¿en qué consiste el recogimiento de Israel? El recogimiento de Israel consiste en creer y aceptar y vivir en armonía con todo lo que el Señor ofreció una vez a Su antiguo pueblo escogido. Consiste en tener fe en el Señor Jesucristo, en arrepentirse, en bautizarse y en recibir el don del Espíritu Santo y guardar los mandamientos de Dios. Consiste en creer en el Evangelio, unirse a la Iglesia y entrar en el reino. Consiste en recibir el santo sacerdocio, ser investidos con poder de lo alto en lugares santos y recibir, mediante la ordenanza del matrimonio celestial, todas las bendiciones de Abraham, Isaac y Jacob. Y también puede consistir en congregarse para adorar en un lugar o una tierra señalados” (A New Witness for the Articles of Faith, 1985, pág. 515; véase también El Libro de Mormón, manual del alumno, 2009, pág. 73).

Jeremías 31:9. “Efraín es mi primogénito”

El presidente Joseph Fielding Smith explicó que Efraín llegó a ser el primogénito de José:

“Los Santos de los Últimos Días comprenden bien que la primogenitura… se colocó sobre la cabeza de José por revelación divina. José era el hijo mayor de Raquel y… el hijo más digno de Jacob.

“…por razones que no comprendemos, debido a que la historia de estos acontecimientos es sumamente breve, esta autoridad descendió por medio del linaje de Efraín, el segundo hijo de José. Fue Efraín a quien se llamó para ocupar el puesto que tenía su padre, y las Escrituras lo llaman el primogénito en Israel” (Doctrina de Salvación, comp. Bruce R. McConkie, 3 tomos, 1954–1956, tomo III, pág. 153).

“Efraín recibió la primogenitura de Israel (1 Cró. 5:1–2; Jer. 31:9), y en los últimos días esta tribu ha tenido el privilegio y la responsabilidad de poseer el sacerdocio, llevar el mensaje de la restauración del evangelio al mundo, y levantar un pendón para congregar al Israel disperso (Deut. 33:13–17; D. y C. 64:36; 133:26–34)” (Guía para el Estudio de las Escrituras, “Efraín”).

Jeremías 31:31–34. “Un nuevo convenio”

José Smith hizo las siguientes observaciones concerniente a los convenios entre Dios y Su pueblo escogido:

“Jamás se ha establecido dicho pacto con la casa de Israel, o con la casa de Judá; porque para hacer un convenio, debe haber dos partes, y ambas partes deben estar de acuerdo o no puede hacerse ningún convenio.

“Cristo ofreció hacer convenio con ellos mientras estuvo en la carne, pero lo despreciaron y rechazaron sus ofertas, y dio por resultado que fueron desgajados y no se hizo convenio con ellos en esa ocasión. Mas su incredulidad no ha anulado la promesa de Dios; no, porque había otro día señalado en David, que era el día del poder de Dios; y entonces Su pueblo, Israel, sería un pueblo obediente; y El escribiría Su ley en sus corazones y la grabaría en sus pensamientos; y de sus pecados e iniquidades no volvería a acordarse.

“De modo que después que esta familia escogida rechazó a Cristo y Sus promesas, los heraldos de la salvación le dijeron: ‘He gentiles’; y los gentiles recibieron el convenio y fueron injertados en el lugar donde había sido desgajada la familia escogida. Mas los gentiles no han perseverado en la bondad de Dios, sino que se han apartado de la fe que en un tiempo fue entregada a los santos, y han violado aquel convenio en que sus padres fueron establecidos [véase Isaías 24:5]. Y se llenaron de soberbia y dejaron de temer, por lo que muy pocos de ellos serán recogidos con la familia escogida…

“Y ahora, ¿qué queda por hacer en circunstancias como éstas? Voy a decirles lo que el Señor exige de todos… a fin de que disfruten del Santo Espíritu de Dios cabalmente y se libren de los juicios de Dios… Arrepiéntanse de todos sus pecados y bautícense en el agua para la remisión de ellos, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo, y reciban la ordenanza de la imposición de manos de aquel que ha sido ordenado y sellado para tener este poder, a fin de que les sea conferido el Santo Espíritu de Dios; y esto va de acuerdo con las Santas Escrituras y el Libro de Mormón, y es la única manera en que un hombre puede entrar en el reino celestial. Son éstos los requisitos del nuevo convenio” (en History of the Church, tomo I, págs. 313–315; véase también Antiguo Testamento, manual para el alumno, 1 Reyes–Malaquías, 3ª ed., manual del Sistema Educativo de la Iglesia, 2003, pág. 258).