El estudio de las Escrituras
Este manual es una guía que te ayudará a leer, estudiar y comprender las Escrituras. La mayoría del tiempo de estudio lo pasarás leyendo y pensando acerca de las Escrituras; por lo tanto, esta sección se ha incluido para ayudarte a obtener un mayor beneficio de tu estudio.
Cuando era miembro del Quórum de los Doce Apóstoles, el élder Howard W. Hunter, dio a los miembros de la Iglesia un valioso consejo acerca del estudio de las Escrituras, el cual se resume más abajo. Si lo deseas, escribe esas ideas en una tarjeta u hoja de papel y ponla en un lugar donde puedas verla mientras estudies.
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Lee con detenimiento para comprender las Escrituras.
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Estudia todos los días.
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Establece una hora fija para estudiar todos los días.
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Estudia en un lugar dónde puedas concentrarte sin distracciones ni interrupciones.
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Dedica un tiempo determinado al estudio en lugar de leer una cierta cantidad de capítulos o páginas: sesenta minutos es lo ideal, treinta minutos es un gran logro, pero aun quince minutos pueden ser también de gran beneficio.
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Ten un plan de estudios. (Véase “El estudio de las Escrituras”, Liahona, enero de 1980, págs. 96–99.)
Una vez que hayas seguido ese consejo, hay dos cosas más que te ayudarán en el estudio de las Escrituras: La Guía para el estudio de las Escrituras y el utilizar buenas técnicas de estudio.
Programa de lectura para el Antiguo Testamento
Días en que leí diez minutos o más |
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Capítulos asignados que leí esta semana |
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Semana 1 |
“El estudio de las Escrituras” |
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Semana 2 |
Abraham 3:22–28 Moisés 1 2 3 4 |
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Semana 3 |
Moisés 5 6 7 |
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Semana 4 |
Moisés 8 Génesis 6:14–22 7 8 11:1–9 |
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Semana 5 |
Abraham 1 2 Génesis 13 14:13–24 15 16 17 |
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Semana 6 |
Génesis 18 22 23 (ejercicio) |
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Semana 7 |
Génesis 24 25:19–34 27 28 29 30:1–24 32 33 |
D L M M J V S |
Semana 8 |
Génesis 35 37 39 40 41 |
D L M M J V S |
Semana 9 |
Génesis 42 43 44 45 46 49 50 TJS Génesis 50:24–38 |
D L M M J V S |
Semana 10 |
Éxodo 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 |
D L M M J V S |
Semana 11 |
Éxodo 12 13 14 15:22–27 16 17 |
D L M M J V S |
Semana 12 |
Éxodo 18 19 20–24 |
D L M M J V S |
Semana 13 |
Ejercicios para Éxodo 25–27, 30 28 29 32 33 34 |
D L M M J V S |
Semana 14 |
Levíticos 1 10 11 14 16 19 26 |
D L M M J V S |
Semana 15 |
Números 6 9 11 12 13 14 16 21:4–9 22 23 24 |
D L M M J V S |
Semana 16 |
Deuteronomio 4 6 7:1–6 8 10:10–22 |
D L M M J V S |
Semana 17 |
Josué 1 2 3 4 5:10–15 6 7 10 23 24 |
D L M M J V S |
Semana 18 |
Jueces 6 7 8 13 14 15 16 Rut 1 2 3 4 |
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Semana 19 |
1 Samuel 1 2 3 7 8 9 10 |
D L M M J V S |
Semana 20 |
1 Samuel 13 15 16 17 24 26 |
D L M M J V S |
Semana 21 |
2 Samuel 7 9 11 12 13 14 |
D L M M J V S |
Semana 22 |
1 Reyes 3 8 9:1–9 11 12 17 18 19 |
D L M M J V S |
Semana 23 |
2 Reyes 2 4 5 6 17 18 19 22 23 |
D L M M J V S |
Semana 24 |
Selecciones de 1 y 2 Crónicas 2 Crónicas 15 20 Esdras 9 10 Nehemías 1 6 8 |
D L M M J V S |
Semana 25 |
Ester 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 Job 1 2 3 38 42 |
D L M M J V S |
Semana 26 |
Salmos 22 23 24 Versículos seleccionados de Salmos, de Proverbios Eclesiastés 1 2 4 5 12 |
D L M M J V S |
Semana 27 |
Isaías 1 2 4 5 11 14 |
D L M M J V S |
Semana 28 |
Isaías 24 29 30:15–21 33:14–17 40 42:1–7 47:5–10 |
D L M M J V S |
Semana 29 |
Isaías 48 49 50 53 55 58 61:1–9 65:17–25 |
D L M M J V S |
Semana 30 |
Jeremías 1 7 9:23–24 16 17:5–8, 19–27 23 29:11–14 |
D L M M J V S |
Semana 31 |
Jeremías 30 31 33:15–18 52 Lamentaciones 1 5 Ezequiel 2 3 |
D L M M J V S |
Semana 32 |
Ezequiel 11:16–20 18 20:33–44 33 34 37 |
D L M M J V S |
Semana 33 |
Daniel 1 2 3 6 |
D L M M J V S |
Semana 34 |
Oseas 1 2 3 13:9–14 Joel 2 Amós 3 4 5:4–6, 14–15 8:11–12 Abdías 1:21 |
D L M M J V S |
Semana 35 |
Jonás 1 2 3 4:1–11 Miqueas 3 5:2 6:7–8 Sofonías 3 Hageo 1 |
D L M M J V S |
Semana 36 |
Zacarías 9:9 10 11:12–13 12:10 13:6 14 Malaquías 3 4 |
Ayudas de estudio en las ediciones de las Escrituras de los Santos de los Últimos Días
Pasajes correlacionados
Un pasaje correlacionado es una referencia de las Escrituras que te llevará a obtener más información y comprensión acerca del tema que estés estudiando.
Por ejemplo, en la combinación triple hay notas al pie de la página que indican qué otros pasajes de las Escrituras se relacionan con determinado versículo, o que explican ciertas expresiones. La Biblia también contiene algunas referencias correlacionadas.
Guía para el Estudio de las Escrituras
La Guía para el Estudio de las Escrituras comprende muchas palabras y temas, en orden alfabético, con referencias de los cuatro libros canónicos de la Iglesia; además, ofrece definiciones y explicaciones relacionadas con varios nombres y temas bíblicos.
Ayudas para las palabras y las frases
Las palabras y las frases se encuentran catalogadas con las siguientes anotaciones:
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“HEB” define una palabra en el idioma hebreo (la lengua original del Antiguo Testamento).
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“GR” define las palabras en griego (la lengua original del Nuevo Testamento).
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“MO” indica que una expresión es un modismo (una palabra o frase que se utilizó en una forma específica cuando las Escrituras se escribieron pero que por lo general no se utiliza en la actualidad).
La Traducción de José Smith de la Biblia
El Señor mandó al profeta José Smith estudiar la Biblia y solicitar revelación con el fin de obtener una traducción bíblica más completa y fiel (véase D. y C. 37:1; 73:3–4). Por consiguiente, el profeta José Smith hizo varios cambios importantes en la Biblia, en aquellas partes en que no había sido traducida correctamente (véase los Artículos de Fe 1:8). A esos cambios los llamamos la “Traducción de José Smith”, la cual se abrevia con la sigla “TJS”. La Traducción de José Smith se encuentra en el apéndice de la Guía para el Estudio de las Escrituras titulado “Selecciones de la traducción de José Smith de la Biblia en inglés.
Índice de lugares geográficos y mapas
Los lugares geográficos y los mapas que se encuentran en el apéndice de la Guía para el Estudio de las Escrituras son de gran ayuda para encontrar los lugares que se citan en las Escrituras; algunas ediciones de la Biblia también tienen mapas muy útiles.
Encabezamientos de los capítulos y de las secciones, y resumen de los versículos
Los encabezamientos de los capítulos y de las secciones, y los resúmenes de los versículos explican o dan una importante información de los antecedentes que te serán de gran utilidad para comprender lo que leas. Por ejemplo: ¿qué información útil obtienes al leer el encabezamiento de Doctrina y Convenios 89?
El tener las ayudas de estudio que se encuentran en las ediciones de las Escrituras de los Santos de los Últimos Días es como tener una pequeña colección de libros de referencias a tu disposición: ¡todos en un solo lugar!
Técnicas para estudiar
Nefi dijo que debíamos “deleita[rnos]” (2 Nefi 32:3) en las Escrituras y Jesús mandó a los nefitas “escudriñ[arlas] diligentemente” (3 Nefi 23:1). Esa forma de estudiar implica más que el simple hecho de leerlas rápidamente. Las siguientes ideas y técnicas te ayudarán a aprender más mientras estudies, éstas se dividen en tres categorías: antes de comenzar a leer, durante la lectura y después de leer.
Antes de comenzar a leer
La oración
Las Escrituras se escribieron por inspiración; por consiguiente, se comprenden mucho mejor cuando tenemos la compañía del Espíritu. En el Antiguo Testamento, aprendemos acerca de un sacerdote llamado Esdras, que “había preparado su corazón para inquirir la ley de Jehová” (Esdras 7:10). Cuando oramos cada vez que vamos a leer las Escrituras, preparamos nuestro corazón para hacerlo.
Obtener información sobre los antecedentes históricos
El entender los antecedentes históricos de las Escrituras te ayudará a obtener una comprensión mayor durante el transcurso de la lectura. La Guía para el Estudio de las Escrituras proporciona antecedentes históricos y una breve reseña del contenido de cada libro y de los temas principales. Los encabezamientos de las secciones de Doctrina y Convenios proporcionan una breve explicación de los antecedentes históricos de las revelaciones. Este manual ofrece también algunos antecedentes de muchos de los capítulos de las Escrituras. Si tienes tiempo, puedes consultar otros libros y manuales aprobados por la Iglesia que tengan antecedentes acerca del pasaje de las Escrituras que leas.
Haz preguntas
Antes de comenzar a leer, sería conveniente que te hicieras preguntas como éstas: “¿Quién escribió estos versículos?” “¿Para quién?” “¿Por qué se ha incluido esta enseñanza en las Escrituras?” “¿Qué deseo saber o aprender durante mi lectura de hoy?” y “¿Qué desearía el Señor que yo aprendiera de estos pasajes de las Escrituras?” A medida que leas, trata de encontrar respuestas a tus preguntas. Recuerda que también puedes utilizar las ayudas de estudio que se encuentran en la Guía para el Estudio de las Escrituras o buscar las respuestas en los manuales o en las publicaciones de la Iglesia.
Lee los encabezamientos de los capítulos
Los subtítulos de los capítulos resumen con pocas palabras el contenido de cada capítulo. El fijarse en los subtítulos de un capítulo antes de comenzar a leerlo, no sólo es un buen hábito de estudio sino que te preparará también para que te hagas preguntas y busques las respuestas durante la lectura de ese capítulo.
Durante la lectura
No tengas miedo de detenerte
La mayoría de las pepitas de oro no se encuentran sobre la superficie, es necesario escarbar para encontrarlas. Tu estudio de las Escrituras te será de mayor beneficio si andas despacio o te detienes y pones en práctica algunas de las sugerencias que se mencionan a continuación.
Busca el significado de las palabras que no entiendas
Utiliza un diccionario. En ocasiones, al buscar una palabra que piensas que conoces, encuentras que tiene otros conceptos que desconocías. La sección “La comprensión de las Escrituras” de este manual te ayudará a comprender muchas palabras y frases difíciles.
Debes saber que algunas veces el Señor ha inspirado a Sus profetas para que incluyan explicaciones en sus escritos con el fin de ayudarnos a conocer el significado de algunas palabras y frases. Por ejemplo: lee Mosíah 3:19 y pregúntate qué quiere decir volverse como un niño.
Utiliza las ayudas de estudio que se encuentran en la Guía para el Estudio de las Escrituras
Véase la sección “Ayudas de estudio en las ediciones de las Escrituras de los Santos de los Últimos Días” en la pág. 00 [4].
Aplica los pasajes de las Escrituras
El utilizar tu nombre en un versículo hace que la enseñanza de ese pasaje de las Escrituras sea más personal. Por ejemplo, en Moisés 1:39 ¿qué diferencia habría si utilizaras tu nombre en lugar de la palabra “hombre”?
Visualiza
Visualiza mentalmente lo que acontece. Por ejemplo, al leer Génesis 37, imagina cómo te sentirías si fueras uno de los hijos menores de una familia y todos tus hermanos mayores te odiaran o sintieran celos de ti.
A veces, las Escrituras nos indican que nos imaginemos algo. Lee Alma 5:15–18 y haz lo que Alma sugiere. Anota luego qué sentiste al visualizar lo que dice en esos versículos.
Busca las conjunciones
Las conjunciones más comunes son: y, ni, pero, mas, porque, por lo tanto, por consiguiente, no obstante, sin embargo, con todo, puesto que, etc. Al leer esas palabras advierte en qué forma te ayudan a comprender dos más conceptos. En ocasiones, demuestran la semejanza o la diferencia entre dos o más cosas.
Por ejemplo, si meditas sobre lo que indican las palabras por motivo en Mosíah 26:2–3, aprenderás un importante principio acerca del estudio de las Escrituras.
Por motivo indica aquí una relación de causa y efecto entre la incredulidad del pueblo y su capacidad para comprender las Escrituras y las palabras de los profetas.
Lee ahora Doctrina y Convenios 45:30–32 y advierte cómo la palabra pero muestra un contraste entre las condiciones de los inicuos y las condiciones de los justos en los últimos días.
El hacer hincapié en la palabra pero nos da la seguridad de que los justos serán librados de algunas de las destrucciones que ocurrirán antes de la Segunda Venida.
Busca las estructuras de ideas
En 2 Nefi 31:2, leemos que Nefi dijo que deseaba escribir algunas palabras acerca de la doctrina de Cristo y luego, en el versículo 21, da su testimonio de lo que ya había explicado sobre ella. Al saber que Nefi enseña la doctrina de Cristo entre los versículos 2 y 21, debemos volver atrás y estudiar sus palabras con más detenimiento para saber cuál es esa doctrina.
Otro ejemplo de las estructuras de ideas es buscar la explicación de causa y efecto de un profeta prestando atención a las palabras si y entonces [o yo (haré esto o lo otro)]. En Levítico 26, vemos que Moisés profetizó sobre las bendiciones y las maldiciones que recibirían los hijos de Israel. Fíjate en los versículos 3–4, 18, 23–24, 27–28 y 40–42 y observa que Moisés utilizó la estructura “si” y “yo” (haré esto o lo otro), cuando enseñó a los hijos de Israel lo que sucedería si obedecían los mandamientos del Señor y qué pasaría si los desobedecían.
La repetición de una palabra o concepto es otra estructura de ideas que debes buscar. Por ejemplo, advierte cuántas veces el autor de Génesis 39 menciona que Jehová estaba con José.
Busca listas en las Escrituras
Las listas te ayudarán a comprender con más claridad lo que el Señor y Sus profetas enseñan. Los Diez Mandamientos son una lista (véase Éxodo 20). Las bienaventuranzas de Mateo 5 son claramente una lista. El encontrar otras listas puede requerir un poco más de esfuerzo; por ejemplo, busca Doctrina y Convenios 68:25–31 y haz una lista de lo que el Señor desea que los padres enseñen a sus hijos.
Hazte preguntas
Sigue haciéndote preguntas como las que se te indicaron en la sección anterior, titulada “Antes de comenzar a leer”. Mientras lees, expresa de otra manera las preguntas que te hayas hecho antes de comenzar a leer o puede que desees hacerte preguntas completamente diferentes. El buscar respuesta a las preguntas es una de las formas más importantes de obtener una mejor comprensión de nuestro estudio de las Escrituras. Una de las preguntas más importantes para hacerse es: “¿Por qué podría el Señor haber inspirado al autor a poner esto en las Escrituras?” Está atento a las pistas obvias que el autor deja a veces cuando dice algo como “y así vemos que”.
La respuesta a las preguntas que se hacen en las Escrituras
Muchas veces el Señor pregunta y luego da la respuesta a esa pregunta. Él les preguntó a los discípulos nefitas: “¿qué clase de hombres habéis de ser?” Y luego Él mismo responde: “aun como yo soy” (3 Nefi 27:27).
Otras veces, se hacen las preguntas pero no se dan las respuestas, por lo general porque el autor piensa que éstas son obvias. Sin embargo, a veces el autor no contesta una pregunta porque es necesario que se reflexione sobre ella y la respuesta puede no surgir inmediatamente. Por ejemplo: lee Marcos 4:35–41 y da respuesta a las cuatro preguntas que se encuentran en esos versículos como si tú hubieras estado allí.
Busca representaciones o significados simbólicos
Muchas veces, los profetas utilizan símbolos e imágenes con el fin de comunicar su mensaje con más fuerza. Por ejemplo, las parábolas son una forma de dar un mensaje en forma sencilla pero que encierra un gran significado. El relato que describen las parábolas hace que la lección que enseñan se recuerde con más facilidad y tenga un resultado más positivo.
Las siguientes sugerencias podrían servirte para comprender los símbolos que se encuentran en las Escrituras:
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Busca una interpretación en las Escrituras. Por ejemplo: Lehi tuvo una visión que se registra en 1 Nefi 8. Más adelante, Nefi tuvo una visión en la cual él vio las mismas cosas que su padre, junto con la interpretación de los símbolos de la visión de éste (véase 1 Nefi 11–14). A veces, se puede obtener la interpretación al buscar una correlación de pasajes en las notas al pie de la página de las Escrituras.
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Piensa acerca de las características del símbolo y qué enseñanzas puedes sacar de él. Alma utilizó ese método para explicar a su hijo lo que era la Liahona (véase Alma 37:38–47).
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Fíjate si el símbolo te enseña algo acerca del Salvador. El Señor le dijo a Adán que “todas las cosas testifican de [Él]” (Moisés 6:63). Por ejemplo, los diversos elementos que componen el relato del sacrificio de Abraham de su hijo Isaac, ¿de qué manera testifican del sacrificio de Jesucristo?
Escribe
Sería conveniente que tuvieras a mano hojas de papel o un cuaderno para escribir los conceptos que desees recordar, tales como las listas, la comprensión o puntos de vista especiales que hayas adquirido, o lo que pienses sobre algo que hayas leído. Con el fin de recordar tus pensamientos o puntos de vista la próxima vez que leas, puedes si lo deseas escribirlos también en el margen de tus ejemplares de las Escrituras.
A muchas personas les gusta marcar palabras o frases importantes en sus ejemplares de las Escrituras. No hay una forma determinada de hacerlo. Algunos sombrean o subrayan las palabras o las frases que dan significado especial a un versículo. Otra forma de marcar las Escrituras es escribir la referencia de un pasaje correlacionado en el margen. El hacerlo con varios versículos que traten sobre el mismo tema, te brinda una serie de pasajes de las Escrituras que se relacionan con ese tema, el cual puedes localizar fácilmente con sólo buscar uno de los pasajes que la componen. El marcar las Escrituras te ayuda en muchas ocasiones a encontrar versículos importantes con más rapidez.
Después de leer
Reflexiona
El reflexionar es pensar profundamente sobre algo, sopesarlo en nuestra mente, hacer preguntas y evaluar qué sabes y qué aprendiste. En ocasiones, las Escrituras llaman a eso “meditar” (véase Josué 1:8). En ellas encontramos varios buenos ejemplos en que se recibieron revelaciones como consecuencia de la meditación, especialmente de la meditación de las Escrituras (véase D. y C. 76:15–20; 138:1–11).
Aplica pasajes de las Escrituras a ti mismo
El aplicar pasajes de las Escrituras a ti mismo es relacionar su mensaje con tu propia vida. Para hacer esa comparación, debes hacerte preguntas como éstas: “¿Qué principios del Evangelio se enseñan en el pasaje de las Escrituras que acabo de leer?” y “¿de qué forma se relacionan conmigo esos principios?” Una parte importante de aplicar los pasajes de las Escrituras a sí mismo es prestar atención a la inspiración del Espíritu, ya que el Señor prometió que Él nos “guiará a toda la verdad” (Juan 16:13).
Por ejemplo, Nefi aplicó pasajes de las Escrituras a sí mismo y a su familia al relacionar algunos de los principios que Isaías enseñó con la situación que ellos enfrentaban. Él enseñó a sus hermanos que, al igual que los hijos de Israel, ellos eran quienes se habían alejado de Dios, no había sido Dios quien se había alejado de ellos. También les enseñó que si se arrepentían, el Señor sería misericordioso con ellos y los perdonaría (véase 1 Nefi 19:24; 21:14–16). Nefi dijo que el aplicar las palabras de Isaías a sí mismo y a sus hermanos, la creencia que tenían de que Jesucristo era el Redentor aumentaría (véase 1 Nefi 19:23).
Vuelve a leer
No hay dudas de que no aprendemos todo lo que encierra un pasaje de las Escrituras la primera vez que lo leemos. En realidad, lleva toda una vida de estudio el comprender verdaderamente las Escrituras. A menudo, después de leerlas dos o tres veces. comenzamos a advertir las estructuras de ideas, a visualizar mejor y a comprenderlas más plenamente Si lo deseas, al volver a leer los pasajes, busca nuevas enseñanzas o hazte preguntas diferentes. El tratar de volver a escribir un relato o simplemente un versículo o dos con tus propias palabras puede ayudarte a descubrir si has comprendido o no lo que has leído y a entender mejor las Escrituras.
Escribe
Algunas personas llevan un diario donde escriben el tema o concepto principal de lo que han leído, de lo que piensan al respecto y de qué forma creen que pueden aplicarlo a su vida. Si tú utilizas este manual para el programa de estudio individual supervisado de seminarios, es necesario que lleves un cuaderno para recibir créditos. Ese cuaderno será como un diario personal sobre las Escrituras.
Es también de gran beneficio hablar con otros acerca de lo que hayas leído. Te será de utilidad anotar algunos puntos que quieras recordar para hablar sobre ellos, así como analizar lo aprendido para acordarte mejor de lo que hayas leído.
Ponlo en práctica
El valor real del conocimiento que hayas adquirido de las Escrituras lo obtendrás cuando pongas en práctica lo que hayas aprendido. Algunas de las bendiciones que reciben quienes viven el Evangelio son sentirse más cerca del Señor y experimentar un sentimiento de paz. Además, el Señor dijo que a quienes vivan de acuerdo con lo que hayan aprendido les será dado más, mientras que quienes no vivan de acuerdo con lo que hayan aprendido perderán hasta el conocimiento que tengan (véase Alma 12:9–11).
“Deleitaos en las palabras de Cristo; porque he aquí, las palabras de Cristo os dirán todas las cosas que debéis hacer” (2 Nefi 32:3).