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Levítico 1: Los holocaustos


Levítico 1

Los holocaustos

El apóstol Pablo enseñó que la ley de Moisés había sido “nuestro ayo, para llevarnos a Cristo” (Gálatas 3:24). En otras palabras, el propósito de la ley de Moisés fue la de hacer que los israelitas se concentraran en los principios que los orientarían hacia Jesucristo (véase Jacob 4:4–5; Jarom 1:11; Alma 34:13–14). La ley de Moisés era sumamente estricta y exigía que los hijos de Israel desempeñaran varias funciones específicas para recordar continuamente a Dios y el deber que tenían para con Él. Por ejemplo, el matar a un animal como sacrificio por un pecado recordaba a la persona que las consecuencias del pecado son “mortales”. Por otro lado, el animal inocente que moría en el lugar de la persona que había pecado servía de símbolo de lo que ocurriría cuando el Salvador, libre de pecado, viniera a la tierra y derramara Su sangre por nosotros para salvarnos del pecado.

En Levítico 1, se dan instrucciones sobre los holocaustos. Los sacerdotes efectuaban esa ofrenda dos veces al día, pero las personas también podían efectuar un holocausto con el fin de demostrar su devoción y su cometido hacia Dios. Muchas de las instrucciones referentes a los holocaustos son las mismas que las demás ofrendas que se explican en Levítico. La diferencia mayor que existía entre unas y otras consistía en que para los holocaustos era necesario quemar todo el animal sobre el altar, lo que simbolizaba un cometido o entrega total hacia Dios.

A medida que leas, piensa sobre las diferentes maneras en que un holocausto nos enseña acerca de la expiación de Jesucristo y de qué forma recordaba a los israelitas su deber para con Dios.

La comprensión de las Escrituras

Levítico 1

Sin defecto (vers. 3, 10):Sin marca ni imperfección de ninguna clase.

Desollará (vers. 6):Quitará la piel.

Exprimida (vers. 15):Escurrida.

Buche (vers. 16):En las aves, especie de estómago.

Henderá (vers. 17):Cortará.

El estudio de las Escrituras

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Busca los símbolos del arrepentimiento

Ilumina con un marcador los requisitos específicos de un holocausto, que se registran en Levítico 1:1–9 y que se enumeran en la siguiente gráfica. Haz la gráfica en tu cuaderno y explica qué nos enseña cada elemento del holocausto sobre el arrepentimiento por medio de la expiación de Jesucristo.

Requisitos

Lo que se aprende sobre el arrepentimiento y la expiación de Jesucristo

Deberás hacer “vuestra ofrenda” (Levítico 1:2), lo que significa que no puedes ofrecer algo que pertenece a otra persona.

Deberás ofrecer en holocausto un animal que sea “macho sin defecto” (vers. 3).

Deberás hacer la ofrenda por “voluntad” propia (vers. 3).

Deberás ofrecerla “a la puerta del tabernáculo”, ya que éste representa el lugar donde mora Dios (vers. 3).

Deberás poner la mano sobre la cabeza del animal del sacrificio y después matarlo tú mismo (véanse los vers. 4–5).

Deberás desollar, o sacar la piel, al animal que ofrecerás en holocausto (vers. 6).

Los sacerdotes acomodarán la “cabeza”, la “grosura de los intestinos” y las “piernas” sobre el altar (vers. 8–9).

El sacrificio se quema totalmente sobre el fuego (véase el vers. 9).

En Levítico 1:8–9 se habla de ofrecer varias partes del cuerpo del animal. La cabeza representa nuestros pensamientos; las piernas, nuestro andar o hacia dónde nos dirigimos; los intestinos (o sea la parte interior), nuestros pensamientos, nuestros deseos y nuestras motivaciones. La grosura representa nuestra fortaleza y nuestra salud. ¿Qué simbolizan los acciones que se explican en los versículos 8–9? (véase también D. y C. 59:5).