El libro de Salmos
Un antiguo libro de himnos
El libro de Salmos es una colección de poemas sagrados que son alabanzas y oraciones a Dios. El título de ese libro en hebreo, Telhillim, significa “alabanzas”; su título en griego es Salmos, que quiere decir “cantos”. La mayoría de los poemas de este libro se escribieron como cantos para cantarse con el acompañamiento de un instrumento de cuerdas. Los cantos eran parte de la adoración en el templo y de sucesos públicos como funerales, casamientos y diversas celebraciones.
Como ya se explicó, muchos de los salmos se escribieron como alabanza al Señor. Además, encontrarás algunos que hablan específicamente de la ley, del templo, de la naturaleza o de hechos históricos. Entre los más hermosos e importantes están los que enseñan sobre el Mesías, Jesucristo. De los libros del Antiguo Testamento, Salmos es el que se cita más en el Nuevo Testamento. Si lo deseas, puedes buscar “Salmos” en la Guía para el Estudio de las Escrituras, págs. 183–184.
No se sabe quiénes son los autores de todos los salmos, pero hay muchos que nombran al autor. El rey David es quien más se menciona. También se nombran otros: Moisés, Salomón, Asaf (el músico de David) y unos sacerdotes levitas (los hijos de Coré). En algunos casos, el autor es anónimo.
Preparación necesaria para estudiar Salmos
El comprender algo de la poesía hebrea te ayudará a entender mejor los salmos. En general, la poesía se escribe en un lenguaje emotivo; los poetas no intentan tanto “informar” sobre determinados temas como expresar su manera de sentir, y, a fin de hacerlo, muchas veces utilizan un lenguaje simbólico e incluso pueden exagerar. Además, también puede que traten de expresar sus sentimientos o de impresionar al lector empleando una métrica o ritmo determinados.
La poesía hebrea transmite esa impresión de ritmo repitiendo las ideas en un estilo llamado “paralelismo”, que consiste en que a veces el escritor dice la misma cosa de diferentes maneras, mientras que otras veces expresa dos ideas opuestas. Considera el ejemplo del Salmo 1, que aparece a continuación, escrito de modo que las ideas repetidas están agrupadas. Fíjate en que a veces las ideas son ejemplos adicionales de la primera expresada, pero otras veces las que aparecen después son opuestas a la primera.
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Salmos 1:1–2 es un ejemplo del estilo opuesto de paralelismo:
“Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado;
“Sino que en la ley de Jehová está su delicia, y en su ley medita de día y de noche”.
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Salmos 1:3–4 es una muestra de lenguaje simbólico en ambas ideas opuestas:
Idea. “Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae; y todo lo que hace, prosperará”.
Idea opuesta. “No así los malos, que son como el tamo que arrebata el viento”.
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Salmos 1:5 es ejemplo de una idea repetida:
“Por tanto, no se levantarán los malos en el juicio, ni los pecadores en la congregación de los justos”.
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Salmos 1:6 es otro ejemplo de paralelismo opuesto:
“Porque Jehová conoce el camino de los justos; mas la senda de los malos perecerá”.
Fíjate que en el ejemplo que se cita anteriormente, el escritor emplea imágenes que parecen pintar cuadros con palabras. Ese estilo da una fuerza más potente a las ideas. Podríamos decir simplemente que el hombre bueno que se deleita en las leyes de Dios será bendecido; pero en cambio, el salmista da la imagen de un árbol, plantado muy cerca del río, que recibe constante alimento y frescura y continuamente está creciendo y dando fruto. Esa imagen lleva más potencia a la mente y al corazón del lector que el simple hecho de decir que el hombre es bendecido.
Si lees este libro teniendo en cuenta las ideas que hemos mencionado sobre la poesía hebrea, los salmos te resultarán mucho más interesantes y sus enseñanzas te llegarán al corazón con mayor fuerza.
Debido a que no es posible estudiar todo el libro de Salmos, esta guía te llevará a varios de los más importantes que han citado los escritores del Nuevo Testamento, salmos que se refieren al Salvador o que ofrecen una perspectiva especial para comprender alguna doctrina fundamental del Evangelio. Si lo deseas, puedes leer todos; quizás alguno que no se mencione en el manual se convierta en uno de tus salmos favoritos.