1 Reyes 5–7
Salomón edifica un templo
En virtud de ser David un hombre de guerra, el Señor no le permitió edificar un templo. El Señor le prometió, sin embargo, que su hijo reinaría en paz y edificaría un templo (véase 1 Crónicas 22:8–10). En los capítulos 5–7 de 1 Reyes, se narra la edificación de ese templo, el cual se llegó a conocer como el templo de Salomón.
En 1 Reyes 5 leemos acerca del acuerdo que hicieron Salomón e Hiram, rey de Tiro. Salomón obtuvo madera de cedro del Líbano (parte de la nación que gobernaba Hiram) a cambio de trigo y aceite de Israel. Además, leemos que Salomón puso en práctica un sistema de pago de impuestos por medio del trabajo, que requería que los hombres de Israel pasaran cierto lapso de tiempo en el Líbano preparando la madera de cedro para enviarla a Jerusalén para la edificación del templo.
En 1 Reyes 6 se da una descripción de parte del mobiliario del templo y de los materiales con que estaban hechos. En este capítulo se registra también la promesa que el Señor le hizo a Salomón de que, si el pueblo vivía las leyes relacionadas con el templo, Él moraría entre ellos en Su casa.
En el capítulo 7 de 1 Reyes, se menciona que Salomón también edificó una casa para sí mismo y que le llevó trece años terminarla, mientras que el templo sólo llevó siete. En el capítulo 7 se hace también hincapié en el concepto de que sólo la artesanía más fina se utilizó en el templo. En la actualidad, ocurre lo mismo. El modo en que edificamos una Casa de Dios es un reflejo de cómo adoramos al Señor.