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El libro de Jeremías


El libro de Jeremías

La misión de Jeremías comenzó aproximadamente en el año 626 a. de J.C. Él fue uno de varios profetas cuyo ministerio tuvo lugar durante el reinado del rey Josías (véase 2 Reyes 22–23).

El principio del fin

Durante el ministerio de Jeremías, los babilonios conquistaron a los asirios y se convirtieron en una gran potencia mundial. Los líderes y el pueblo de Judá estaban preocupados pensando que Babilonia podía conquistar también su pequeña nación; así que, buscando protección, trataron de formar una alianza con Egipto. Jeremías amonestó al pueblo para que se arrepintiera y buscara liberarse con la ayuda del Señor en lugar de pedir auxilio a Egipto o a cualquier otra nación.

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Jeremías in a pit

En una serie de ataques que ocurrieron a lo largo de varios años, los babilonios se llevaron a muchos judíos de su tierra prometida a Babilonia, entre ellos a los profetas Ezequiel y Daniel. ALehi y su familia, el Señor les advirtió que huyeran de Jerusalén para escapar a la destrucción que poco después tuvo lugar a manos del ejército babilónico. Un detalle interesante es que las planchas de bronce que la familia de Lehi llevó consigo contenían profecías del profeta Jeremías (véase 1 Nefi 5:13). Jeremías continuó predicando el arrepentimiento, pero sus amonestaciones tuvieron escaso efecto en el pueblo. Sus mensajes disgustaron al último rey de Jerusalén, Sedequías, por lo que lo hizo arrestar y poner en la prisión. Cuando llegaron los babilonios por última vez y destruyeron Jerusalén y llevaron cautivo a Sedequías, Jeremías huyó para salvar la vida y fue a vivir en Egipto.

Prepárate para estudiar Jeremías

Como Isaías, Jeremías fue un escritor muy expresivo y empleó mucha poesía y simbolismo en sus enseñanzas. Al igual que el profeta Mormón, del Libro de Mormón, él también tuvo la difícil misión de comunicar mensajes de amonestación y promesas de destrucción a un pueblo que no quería arrepentirse y estaba por ser destruido. Jeremías sufrió mucha persecución a causa de sus prédicas.

Aun cuando la mayor parte de su mensaje parezca tétrico, Jeremías también habla de esperanza y del amor de Dios por Su pueblo del convenio. Después que se cumplieran los juicios que Jeremías profetizó, el Señor prometió que volvería a tener misericordia de los hijos del convenio y congregarlos junto a Él, y ése es el procedimiento que el Señor ha seguido hasta la actualidad.

En la Guía para el Estudio de las Escrituras, bajo “Jeremías”, pág. 105, hay información sobre este profeta.

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