Génesis 31
Jacob se va de Padan-aram
En Génesis 31 vemos que el Señor mandó a Jacob que regresara a su tierra natal, la cual se le había prometido por medio del pacto o convenio. Cuando Jacob emprendió el viaje, Labán y sus hijos y sus criados se enojaron mucho. Ellos pensaban que Jacob se había apoderado de bienes que le pertenecían a Labán y se sentían celosos por la forma en que Dios lo había hecho prosperar. Labán estaba disgustado también porque Jacob se había llevado a sus hijas. Sin embargo, leemos que Labán había tratado injustamente a Jacob y a sus hijas durante los veinte años que éste había vivido entre ellos. Incluso, él había negado a sus hijas los bienes que por derecho les correspondían. En un intento por reclamar su herencia, Raquel se alejó de la tierra de su padre con los pequeños ídolos de éste, los cuales tenían una descripción legal de la propiedad que le pertenecía a ella. Labán persiguió a Jacob y a su familia, y después de haber hablado de la forma en que Labán había tratado a Jacob y el porqué éste había decidido regresar a su tierra, finalmente, Labán y Jacob se prometieron mutuamente no hacerse daño y Jacob prometió tratar con bondad a las hijas y a los nietos de Labán.