Amós 1–2
La condenación de Israel y de las naciones circunvecinas
Amós comienza sus profecías con mensajes de la forma en que el Señor condena a las diversas naciones que rodeaban a Israel: Siria (de la que se menciona su capital, Damasco; véase Amós 1:3–5); Filistia (de la que se habla mencionando el nombre de sus ciudades principales: Gaza, Asdod, Ascalón y Ecrón; véase Amós 1:6–8); Fenicia (y su ciudad principal, Tiro; véase Amós 1:9–10); Edom (véase Amós 1:11–12); Amón (véase Amós 1:13–15); y Moab (véase Amós 2:1–3). Cada una de ellas fue condenada por sus pecados y por atacar a Israel.
Estas censuras deben de haber atraído la atención de los hijos de Israel, y probablemente hayan estado de acuerdo con los decretos de Amós, pero él también condenó a Judá (véase Joel 2:4–5) y a Israel (véase Joel 2:6–16. Amós hizo saber a los israelitas que la justicia de Dios es igual para todos los que lo ofendan pecando: todos serán castigados tarde o temprano. El resto del libro de Amós es, sobre todo, un mensaje que amonesta a Israel a arrepentirse.