2 Reyes 17
El Reino del Norte de Israel (las diez tribus) llevado cautivo
Éste es el relato de dos jóvenes en un bote a remo que se dejaban llevar río abajo flotando en las aguas. Aun cuando donde ellos flotaban las aguas del río estaban calmas, poco a poco se iban acercando a una zona en que éstas cobraban velocidad y se volvían turbulentas, a medida que se acercaban a un salto, a una alta cascada.
Un hombre que se encontraba en la orilla, al ver a los dos jóvenes en el río, les gritó: “¡He! ¡Delante de ustedes están los rápidos seguidos de una cascada!”
Los jóvenes escucharon la advertencia, pero se sentían tranquilos con lo que estaban haciendo y además el bote se podía controlar con facilidad. Siguieron riéndose y haciendo chistes, sin prestar atención al hombre que se encontraba en la orilla ni al peligro que se avecinaba.
El hombre les volvió a gritar desesperado: “¡Los rápidos y la cascada están ya sobre ustedes!”
A los dos jóvenes pareció no importarles. Sin embargo, a medida que el agua comenzaba a tomar velocidad, comenzaron a preocuparse y trataron de llevar el bote a la orilla. Pero ya era demasiado tarde. La corriente era demasiado fuerte y los arrastró hasta hacerlos caer por la cascada y encontrar así la muerte. Su destino pudo haberse evitado con tan sólo haber oído la voz de amonestación (véase David O. McKay, Gospel Ideals, 1953, pág. 912).
Esa historia imaginaria se parece mucho a la situación que los israelitas enfrentaban en 2 Reyes 17, especialmente la que afrontaba el Reino del Norte, donde virtualmente todo rey promovió de alguna forma la idolatría, según leemos en 1–2 Reyes. Desde de la división de los dos reinos después de la época de Salomón hasta los acontecimientos que se describen en 2 Reyes 17, habían pasado casi doscientos años. En otras palabras, el Señor dio a Israel doscientos años para cambiar y para ponerlo a Él y a Sus leyes por sobre todas las cosas, pero aún así ellos no lo hicieron. No hay duda de que el Señor fue misericordioso en conceder a los israelitas tan largo plazo para que se arrepintieran. En el capítulo 17 de 2 Reyes también leemos cómo el Señor permitió que los asirios se llevaran cautivos a los israelitas, sacándolos así de su tierra de promisión.
Los asirios fueron uno de los conquistadores de reinos más brutales de la historia. Ellos trataban a los prisioneros cautivos de la forma más salvaje que conoce el hombre. Además, con el fin de extender su propio reino y cultura, hacían todo lo posible por separar a los cautivos de su cultura. Como consecuencia, después que los asirios capturaron a miles de israelitas del Reino del Norte, se perdió su rastro y no se sabe qué sucedió con ellos. Aun cuando algunos permanecieron en la tierra y contrajeron matrimonio con sus captores asirios, la mayoría se “perdió” de nuestro conocimiento y se les conoce como “las diez tribus perdidas de Israel”.
A medida que leas, fíjate en las razones por las cuales los israelitas perdieron la protección del Señor y fueron tomados cautivos por los asirios.
La comprensión de las Escrituras
2 Reyes 17
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Conspiraba (vers. 4):Hacía planes para traicionar.
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Sitió (vers. 5):Rodeó, previno que nada entrara ni saliera.
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Estatutos (vers. 8, 15, 34, 37):Leyes.
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Vanidad (vers. 15):Cosas que no tienen valor eterno.
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Vanos (vers. 15):Enfrascados en sí mismos y en las cosas del mundo en lugar de en aquello que posee valor eterno.
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Imágenes fundidas (vers. 16):Ídolos hechos por el hombre.
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Adivinaciones (vers. 17):El obtener revelación falsa mediante la comunicación con espíritus malignos.
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Agüeros (vers. 17):Procedimiento o práctica de adivinación supersticiosa.
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Saqueadores (vers. 20):Enemigos que roban y destruyen.
2 Reyes 18:5–18—Los asirios atacan a Israel y trasladan a los habitantes a otros lugares
En la Iglesia hablamos de las “diez tribus perdidas” (véanse los Artículos de Fe 1:10). Cuando lo hacemos, nos referimos al Reino del Norte de Israel, que abarcaba las tierras de la herencia de diez de las tribus. En 2 Reyes 18 se nos dice por qué y cómo muchos fueron llevados a Asiria y que nunca se volvió a saber de ellos. El Señor está recogiendo a la casa de Israel en éstos, los postreros días. Con el fin de aprender más acerca de las diez tribus, consulta “Israel”, en la Guía para el Estudio de las Escrituras, págs. 101–102.
El estudio de las Escrituras
A medida que estudies 2 Reyes 17, haz dos de los ejercicios (A–C) que se dan a continuación.
Se cumple una amonestación
Cuando el Señor entregó la tierra prometida por primera vez a los israelitas, les hizo ciertas advertencias:
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Haz un resumen de la profecía que el Señor dio a Israel en Deuteronomio 4:24–28.
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¿De qué modos se cumplió esa profecía en 2 Reyes 17? Da hechos concretos al contestar esta pregunta.
Cuenta las formas
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Enumera las formas en que Israel pecó contra el Señor (véase 2 Reyes 17:7–23).
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Lee Doctrina y Convenios 1:14–16 y describe por qué la gente de nuestros días podría considerarse culpable de los mismos pecados que cometieron los hijos de Israel.
Perdida, pero no olvidada
Lee Deuteronomio 4:29–31 y haz un resumen de la promesa que el Señor hizo al pueblo y a sus descendientes que fueron esparcidos.