El libro de los Jueces
En el libro de los Jueces se relata la historia de Israel desde la muerte de Josué hasta el llamamiento del profeta Samuel. Esta obra contiene relatos de la historia israelita aun cuando no aparecen necesariamente en su orden cronológico y no son por cierto completas. Es fácil establecer un paralelo entre la idolatría y el anarquismo que se ven en el libro de los Jueces y lo que está pasando en nuestra sociedad actual. Algunas de esas historias son insólitas, trágicas o contienen escenas repulsivas, y nos preguntamos cómo los israelitas pudieron haber llegado hasta tal punto de iniquidad. Aún así, vemos que la mano del Señor ayudaba a Israel, aun cuando en su mayoría era un pueblo espiritualmente débil durante esa época. Este libro es un testimonio indiscutible de que el Señor nos ayuda si nos volvemos a Él, aun durante nuestros momentos de debilidad.
¿Quiénes eran los “jueces”?
Los “jueces” eran líderes dentro de las tribus de Israel, escogidos por Dios o por el pueblo, para librar a los israelitas de sus enemigos. Los jueces eran más bien líderes militares que jueces propiamente dichos, los cuales trataban asuntos relacionados con la ley. El pueblo hizo de ellos héroes, a pesar de que los jueces justos trataron de enseñarle que el verdadero líder de Israel era Jehová (véase Jueces 8:23; 11:27).
¿Quién? |
¿Qué hicieron? |
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Aod |
Mató al rey enemigo. |
Débora |
Una profetisa que inspiró a los ejércitos israelitas. |
Gedeón |
Puso su confianza en el Señor para guiar a Israel a la victoria con un pequeño ejército. |
Jefté |
Lo escogió el pueblo para que guiara a Israel a la victoria, pero hizo una promesa tonta, sin pensar bien lo que prometía. |
Sansón |
Fue preordenado para hacer una gran obra, pero desperdició sus dones. |
El tema principal
Una vez que el Señor guió a los israelitas a la tierra prometida mediante un milagroso poder, ellos no siguieron progresando en su fe ni cumpliendo con sus obligaciones espirituales. No echaron del lugar a todos los cananeos e incluso comenzaron a adoptar algunas de sus prácticas malignas. Como consecuencia, los hijos de Israel perdieron su unidad y se dividieron en tribus y en familias. Una y otra vez en el libro de los Jueces vemos cómo se suscita un ciclo de apostasía y liberación (véase la ilustración que está a continuación). Ese ciclo comenzaba cuando el pueblo, habiendo sido bendecido por Dios, se olvidaba de Él y participaban en prácticas prohibidas, tal como en las religiones que profesaban los cananeos. Los pecados e iniquidades que eso traía como resultado tenían sus consecuencias. Una consecuencia importante era que los israelitas perdían la protección contra sus enemigos que el Señor les brindaba y eran tomados cautivos. Finalmente, después de una sincera humildad y un arrepentimiento también sincero, el Señor liberaba a Su pueblo y éste prosperaba nuevamente.
¿Qué aprendemos del libro de los Jueces?
¿Por qué permitían los israelitas que ese ciclo se repitiera una y otra vez? Sólo en el libro de los Jueces ese ciclo se registra unas doce veces. En nuestra época, tanto personas como grupos caen también en ese ciclo. El presidente Spencer W. Kimball dijo: “Podemos asegurar que muy pocas personas han decidido a sabiendas y en forma deliberada, rechazar a Dios y a Sus bendiciones. De las Escrituras aprendemos que, como consecuencia de que el ejercicio de la fe ha sido siempre más difícil que confiar en los bienes que se encuentran al alcance de la mano, el hombre carnal ha tenido siempre la tendencia de transferir su confianza en Dios hacia las cosas materiales. En todas las épocas de la historia, por lo tanto, cuando los hombres cayeron bajo el poder de Satanás y perdieron la fe, pusieron en su lugar la esperanza en el ‘brazo de la carne’ al igual que en ‘dioses de plata y oro, de bronce, de hierro, de madera y de piedra, que ni ven, ni oyen, ni saben…’ (Daniel 5:23), o sea, en ídolos” (“Los dioses falsos”, Liahona, agosto de 1977, págs. 2–3).