Deuteronomio 19–25
Leyes específicas para un pueblo escogido
En Deuteronomio 19–25 se registran leyes y mandamientos específicos relativos a varios aspectos de la vida diaria, entre los cuales se encuentran la labranza, las relaciones familiares, la guerra, la pureza religiosa y los negocios. Algunas de esas leyes pueden parecer extrañas, pero cada una de ellas está basada en algún principio que el Señor deseaba que Israel tuviera presente. Al darles esas leyes y mandamientos, el Señor les recordaba permanentemente, algunas veces a diario, los principios que Él quería que los israelitas aprendieran. Por ejemplo, en Deuteronomio 22:9 leemos que el Señor les dijo que no plantaran un campo con dos tipos diferentes de semillas. El sembrar era una parte importante de la vida; por lo tanto, cada vez que lo hicieran, recordarían que, como israelitas, no debían mezclar su simiente con otra, o en otras palabras, no debían contraer matrimonio fuera del convenio. Algunos de los principios que hay detrás de esas leyes que se registran en Deuteronomio 19–25 tal vez sean más difíciles de vislumbrar que otras, pero si leemos esos capítulos y buscamos qué principio se puede aprender de cada una de las prácticas, encontraremos que esas leyes no son tan insólitas como pensábamos al principio, especialmente para una gente“lenta para acordarse del Señor su Dios” (Mosíah 13:29).