Ezequiel 36
Un mensaje de esperanza
Aun cuando los israelitas fueron humillados ante los ojos de todas las naciones circunvecinas, en el capítulo 36 el Señor dice que Él dejó que los avergonzaran como testimonio de que no permitiría a los de Su pueblo burlarse de Él ni de los convenios que había hecho con ellos. Ezequiel 36 contiene una promesa —como testimonio al mundo de que Él es el único Dios verdadero y viviente— de que el Señor reuniría una generación futura de israelitas en su tierra y que los restauraría a la relación de convenio que habían tenido con Él. Y les prometió que los limpiaría de sus iniquidades y les daría “un corazón nuevo” y “un espíritu nuevo” (véase el vers. 26), y que, al contrario de lo sucedido desde muchos años antes de Ezequiel, entonces guardarían los mandamientos del Señor.