Éxodo 13
Los primogénitos
Imagínate que has sido condenado a morir en otro país y, antes de la ejecución, alguien con gran esfuerzo ha comprado tu libertad. ¿Qué sentirías hacia esa persona? ¿Que relación tendrías con ella durante el resto de tu vida? Esa situación se asemeja a lo que sucedió con los primogénitos varones de Israel. Como consecuencia de la décima plaga, ellos morirían a menos que los postes del marco de la puerta de la casa tuvieran sangre de un cordero. En forma literal, la sangre los redimió, o los salvó, de la muerte. En Éxodo 13 se registra lo que el Señor dijo a esos primogénitos que, en cierto sentido, desde ese momento vivirían una “vida prestada” ya que, por sí mismos, no habrían podido salvarse. Sólo por medio de la sangre se habían salvado de la muerte.
La comprensión de las Escrituras
Éxodo 13
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Conságrame (vers. 2):Dedicar algo al Señor y santificarlo.
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Abre, abriere matriz (vers. 2, 12):Primogénito.
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En su tiempo (vers. 10):Cuando el Señor lo diga.
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Primer nacido (vers. 12):Primogénito.
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Redimirás, redimieres, redimo (vers. 13, 15):Pagar por ello, o en otras palabras, se sacrificó un cordero en lugar de alguien más como evidencia de que lo que se había salvado pertenecía al Señor.
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Memorial (vers. 16):Un listón o una cinta que se colocaba de adorno sobre la frente.
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Arrepienta (vers. 17):Cambie de opinión.
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Juramentado (vers. 19):El haber hecho un convenio o una promesa.
El estudio de las Escrituras
Los primogénitos
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Haz de cuenta que eres padre en Israel durante la época de Moisés. Escribe qué le dirías a tu primogénito varón en cuanto a quién es él, las cosas especiales que has hecho por él y lo que esperas de él. Antes de pensar acerca de lo que vas a escribir, presta atención especial a lo que se registra en Éxodo 13:1–3, 8–16.
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Lee 1 Corintios 6:20; 1 Pedro 1:18–19; 2 Nefi 2:8; 9:7–9; Doctrina y Convenios 18:10–12 y escribe de qué manera eres como un primogénito de Israel. Escribe también acerca de lo que puedes hacer para recordar siempre lo que el Señor ha hecho y para demostrarle gratitud por la redención que Él nos ha proporcionado mediante la Expiación.