“La impresión y publicación del Libro de Mormón”, Temas de la historia de la Iglesia
“La impresión y publicación del Libro de Mormón”
La impresión y publicación del Libro de Mormón
Un pequeño grupo de creyentes apoyó a José Smith a lo largo del proceso de traducción del Libro de Mormón, aunque ninguno de ellos tenía experiencia en el campo de la publicación. Aprendiendo sobre la marcha, José Smith y sus compañeros pusieron manos a la obra para asegurarse de contar con los servicios de una imprenta, solventar el proceso de impresión y responder a la oposición local a fin de publicar los anales sagrados. El plan era ambicioso: una primera edición de 5000 ejemplares del Libro de Mormón, lo cual era más del doble del promedio de impresión de un libro en ese momento1.
El registro de los derechos de autor
José Smith tenía control sobre la publicación y distribución del Libro de Mormón en Estados Unidos al registrar los derechos de autor del texto a nivel nacional. Cumplió con los requisitos legales para registrar los derechos de autor al depositar una copia de la portada del libro en la oficina del escribano de un tribunal federal de distrito, y al pagar el certificado de los derechos.
La búsqueda de la imprenta
Las imprentas locales se negaban a imprimir el libro que José les presentaba y no solo por prejuicios de índole religiosa. Imprimir un libro tan extenso y costoso como el Libro de Mormón requeriría pericia e inversión en suministros y nuevos tipos para imprenta. José Smith y Martin Harris consultaron a varias imprentas en cuanto al proyecto. Tres impresores de Palmyra y Rochester —Egbert Grandin, Jonathan Hadley y Thurlow Weed— se negaron; y Grandin incluso intentó instar a los amigos de Harris a disuadirlo de solventar la publicación del libro. Cuando el impresor de Rochester Elihu Marshall aceptó publicar el libro, José y Martin regresaron donde Grandin, en Palmyra, con la esperanza de imprimir el libro más cerca de casa. Harris se ofreció a hipotecar parte de su granja como garantía; y los hombres negociaron los términos. En agosto de 1829, Harris endosó la hipoteca a favor de Grandin y comenzó la impresión del Libro de Mormón.
La protección de los manuscritos
La anterior pérdida de 116 páginas del manuscrito del Libro de Mormón, junto con el creciente antagonismo en la región de Palmyra, persuadieron a José y sus seguidores a proteger el texto durante la impresión. Oliver Cowdery realizó una copia manuscrita para la imprenta, es decir, una copia del original para usar en el proceso de impresión. Hyrum Smith llevaba por partes las páginas del manuscrito del impresor al cajista John Gilbert, uno de los empleados de Grandin, y en ocasiones ocultaba las páginas debajo de su chaleco abotonado, para mayor seguridad. Martin Harris, Oliver Cowdery, Hyrum Smith y Peter Whitmer, hijo, visitaban de cuando en cuando y por separado el taller de Grandin para supervisar cómo se trataba el manuscrito.
El manuscrito del impresor prácticamente carecía de signos de puntuación, lo que dejaba a Gilbert la responsabilidad de colocarlos. Al principio, Hyrum se negó a confiar a Gilbert las páginas durante más de un día, pero Gilbert convenció a Hyrum de que, si las conservaba el tiempo suficiente para colocarles los signos de puntuación, se reducía en extremo el tiempo que se necesitaba para la composición tipográfica.
Afrontar la oposición y el boicot
Aunque las páginas del manuscrito permanecían a resguardo, Abner Cole, un escritor satírico local, aprovechó que las hojas de prueba se hallaban sin custodia en el taller de Grandin para reproducir pasajes del Libro de Mormón en su propio periódico. Incluso antes de que se hubiera publicado el Libro de Mormón, José tuvo que hacer valer los derechos de autor para detener la publicación no autorizada de fragmentos por parte de Cole. Conforme se corrió la voz de que el Libro de Mormón pronto estaría disponible para la venta, los lugareños supuestamente organizaron un boicot. Martin Harris se preocupó ante la posibilidad de perder parte de su granja y pidió a José un nuevo acuerdo que le diera derecho a una porción de los ingresos por ventas del libro hasta que se saldara la hipoteca.
Preocupado en cuanto a cómo solventar la Iglesia que pronto organizarían, José y otras personas buscaron formas adicionales de recaudar fondos a partir del Libro de Mormón. Hyrum Smith propuso a José que considerara vender los derechos de reproducción y distribución del Libro de Mormón (en sus propias palabras, “vender los derechos de autor”) en Canadá. Hiram Page, quien ayudó en la labor, dijo luego que los hermanos esperaban que la venta fuera de $ 8000 dólares estadounidenses. José recibió una revelación que prometía que las dificultades recientes no frustrarían la publicación y que le concedía el permiso de vender los derechos de autor en Canadá “si el pueblo no endurece el corazón contra el influjo de mi espíritu & mi palabra”. Unos representantes autorizados de José Smith viajaron a Kingston, Canadá Superior, pero regresaron sin tener éxito2.
La venta del libro
Después que se publicó y encuadernó, el Libro de Mormón podía comprarse en el taller de Grandin. Oliver Cowdery, Martin Harris, Samuel Smith y otras personas hicieron breves viajes proselitistas para dar a conocer el libro. En un principio, el libro no se vendió mucho en la zona de Palmyra y un año después de la publicación, se vendió la propiedad de Harris a un inversor que había comprado la hipoteca a Grandin3. Sin embargo, el interés en el libro aumentó durante los siguientes años a medida que los misioneros llevaban ejemplares alrededor del país. A Harris, con el tiempo, se le pagó la totalidad del dinero, y la demanda por el libro fue lo bastante alta para que José acordase una segunda edición en 1837.
La preservación de los manuscritos
Los autores con frecuencia desechan los manuscritos después que se publican sus textos, pero José Smith y Oliver Cowdery conservaron tanto el original como los manuscritos del impresor durante algún tiempo. En 1841, José depositó el manuscrito original en una concavidad de la piedra angular del Mesón de Nauvoo. Con el transcurso del tiempo, la mayor parte de ese manuscrito se desintegró debido al agua que se filtró en el depósito de la piedra angular. Las páginas que sobrevivieron —un 28 por ciento del manuscrito— se hallan en la Biblioteca de Historia de la Iglesia, en Salt Lake City. Al manuscrito del impresor lo conservaron las familias Cowdery y Whitmer y se preservó intacto. El manuscrito del impresor, que ahora se encuentra en la Biblioteca de Historia de la Iglesia, ofrece una perspectiva única sobre la traducción y publicación del Libro de Mormón.
Temas relacionados: Critics of the Book of Mormon [Críticos del Libro de Mormón], Palmyra and Manchester [Palmyra y Manchester], Book of Mormon Translation [La traducción del Libro de Mormón]